Maestrante o
señorito andaluz. Cartera llena, postureo e Iphone en la mano. Y cuando hay
toros, sí torea alguien con glamour, a la plaza con el cubata en la mano.
A ver
al hijo del camarero, ni hablar.
Bajo el
dominio maestrante, dos plazas. Dos monumentos. La de Sevilla y la de Ronda.
La de Sevilla
venida muy a menos. Es verdad que la empresa gestora en materia taurina no la
ha cuidado como se debería haber cuidado, y ahora trata de salvar los muebles
como puede. La gestora y los propietarios, son del mucho aparentar. Aparentaba
Sevilla Salud Taurina y hemos visto que sólo era humo. Algún maestrante también
aparenta ser señorito andaluz y come todo el año de lo que le da la plaza, sin
pegar un palo al agua.
Dicen que la
culpa de lo de Sevilla es de Pagés. Yo miraría más al fondo. Donde los
señoritos bien vestidos. No bajan ni un euro el canon de arrendamiento. No se
quejan de las pésimas programaciones taurinas, y dan el sí bajo mano extendida
y billete verde grande en ella.
Pero lo de
Ronda va más allá. La solera de la plaza no puede ganar a la solidaridad. Las
Hermanas de los Pobres de Ronda han solicitado la cesión de la plaza para
celebrar en ella un festival taurino para recaudar fondos para la residencia de
ancianos. Llegar a viejo y que unos señoritos, te digan que no. Que la plaza es
un museo y que sólo está para celebrar la goyesca. Y las pobres monjas se han
quedado a cuadros.
Ante lo visto más que maestrantes son maltratantes.
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