Que la
empresa Pagés comandada por Eduardo Canorea y Ramón Valencia no ha hecho las
cosas bien en Sevilla en una evidencia.
Ya lo pagó
con creces el año pasado. Aquella rueda de prensa con más vino de lo normal le
salió cara. Pero dicen en mi pueblo, que los niños y los borrachos dicen la
verdad, y aquella frase salida del alma de Don Eduardo, “las figuras están en
el limbo y en la parra” no fue adecuado en la forma pero tiene un fondo de “Verdad
Verdadera”
Este año, la
empresa sigue castigada. Miguel Ángel Perera, Juli, Talavante y Morante han
dicho no a las ofertas de la empresa, que pese al abandono del año pasado, los
ha llamado los primeros. El único que pisará otra vez Sevilla, es Manzanares.
Una decisión de listo. Sabe que la Maestranza es un buen feudo de votos y no
puede dejar en blanco un lugar donde cosecha buen balance para la temporada.
Miguel Ángel
Perera sigue emperrado y no quiso negociar desde la primera llamada. El
apoderado de El Juli si negoció y además tres tardes en el abono Sevillano,
pero de la noche a la mañana, el torero cambió de opinión y Lozano, el
apoderado rompió relaciones. Con Talavante pasó algo parecido. Se mareó la
perdiz, los apoderados tenían negociadas dos tardes y el torero dijo no, el
rotundo hace una semana. De ese no viene el otro no. El de Hoy de Morante. Pese
a tener encima de la mesa una oferta con cinco tardes para la temporada y haber
mareado por exigir ganaderías y compañeros de cartel, hoy a dicho no.
Este año la
empresa ha hecho lo que las figuras le demandaban el año pasado. Les ha puesto
las cosas fáciles, ganaderías del gusto, cordialidad y bajada de pantalones, pero
hay una extraña fuerza que lo desbarata todo. Un extraño poder que quiere
hacerse con la maestranza de Sevilla. Una corriente azteca que coge la plaza de
Córdoba mirando a Sevilla.
Que el año pasado
Canorea tuvo su merecido, está claro. Pero este deja entrever que el
escarmiento del año pasado no fue sólo por el cabreo de cinco señores. Hay algo
detrás. Una feria de México a la que se le hace más caso y un señor rico que
quiere algo cueste lo que cueste.
Algo pasará
cuando Manzanares recibe presiones para que dé un paso atrás y no se anuncie
tampoco en Sevilla.
En esta
lucha, hay una víctima clara. La plaza de Sevilla y su afición. En eso no han
pensado. Para cuando llegue el salvador ya no habrá nada pidiendo auxilio.
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