Me cuentan
desde Madrid que han visto un novillero con mucho valor. Que ha marcado el
listón para los novilleros que se quieran presentar en Madrid próximamente.
Quizá la
Puerta Grande este cogida con alfileres porque la espada en su primera faena no
cayó donde él hubiera deseado, aunque sorpresivamente le dieron la oreja. Por
los demás la actitud de Andrés Roca Rey ha sido de 10. Una alegría, desde
luego, porque desde aquella tarde de verano en la que Conchi Ríos abrió la
Puerta Grande, ningún novillero había sido capaz de volver a abrir ese cerrojo.
Andrés, a la vera de José Antonio Campuzano, con este triunfo se coloca en un
muy buen lugar. Y que leches, la tauromaquia del continente americano se lo
merece. Esté peruano va por la buena senda.
En Sevilla,
el rejoneador Diego Ventura ha abierto la Puerta del Príncipe. Me dicen que con
la tónica de la feria. La del pañuelo fácil. El nivel de Sevilla está muy bajo
este año y puede pasar cualquier cosa. Aviso. Por cierto, más de media plaza.
Los rejones también sufren el síndrome de la monotonía. Y Sevilla echa de menos
también a Pablo Hermoso de Mendoza.
En Zaragoza
el duelo de la pareja novilleril se ha quedado en tablas. Una oreja para Ginés
Marín y otra para Varea. Tendrán que crear la réplica en alguna otra plaza,
digo yo. Media plaza en Zaragoza un día malo lo avala.
Me gusta leer
también que en una novillada en Cáceres se ha metido en la plaza a casi tres
cuartos de entrada. Hay que felicitar a Lances del Futuro, por su manera de
enseñar, que esto de anunciar toros no es sólo colocar un cartel y que te vayan
a comprar entradas. Que esto hay que venderlo.
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