Érase una vez
una feria que empezaba con lleno. Si queremos que San Isidro siga teniendo
fuerza no nos podemos permitir el bocado amplio del tendido cinco. No es que la entrada haya sido mala, pero la
feria de mayor importancia del mundo no puede dar esa imagen en su apertura.
Érase una vez
un pañuelo rojo. Un pañuelo que servía para castigar al manso cuando no quería ni
oler los caballos y que castigaba al toro con banderillas negras y al ganadero
con la cruz de la condena de su pupilo. De eso ya no se ve. Ahora prefieren dar
capeas de toro va y toro viene.
Érase una vez
la preparación y el banquillo. Gracias a Dios todavía existe. Que se lo digan a
Pepe Moral. Moral estuvo cumbre sin descabello con el que debió ser condenado a
banderillas negras. Un manso segundo al que le puso ganas y dejó buenos pasajes
al natural. Una faena que ganó enteros cuando Moral, sobre todo en la última
tanda, dio el pecho y toreo. El mal uso del descabello enterró todo lo
conseguido antes. Con el quinto quiso más su corazón de lo que realmente podía pasar
por las nulas condiciones del toro.
Érase una vez
una corrida buena del segundo hierro de los Lozano. Haberlas las hubo pero
llevamos unas temporaditas que no embiste ni uno. Hoy se ha ganado el descanso madrileño.
Érase una vez
el rigor de una plaza. Orejas que antes eran vueltas al ruedo. Como la de Juan
del Álamo. Y ojo la tarde del salmantino ha sido para enmarcar en ganas y
disposición. Eso fue lo que demostró con sus toros. Al tercero le cortó la oreja
y sí que hubo buenos pasajes pero faltó algo más rotundo para justificar la
oreja. Valor y firmeza toda. Pasajes toreros sueltos pero tandas a las que les
faltó ese pase para decir ¡ole! Meritoria la última tanda de manoletinas. Tras estocada
entera, se le premio con una oreja. Una oreja que quizá no tenga el peso que
debe tener una oreja en Madrid pero que no duele cuando se la dan a un torero
ninguneado por los empresarios en otras plazas. Se protestó. Con el sexto Juan
se fue a por la Puerta Grande pero el toro no era para eso. Juan se entregó y
pagó la entrega con una voltereton. El toro lo cogió por el pecho y lo dejó sin
aire, pero milagrosamente sólo fue eso. Espoleado por el suceso, volvió a la
cara del toro con la entrega al máximo nivel pero el toro no daba lugar para la
ansiada puerta grande del torero.
Joselito
Adame pasó entre enganchones y poca suerte con el lote.
Érase una vez un rey que iba a los toros. Y ahora su
hijo, convertido en rey también va. Felipe VI honró a la fiesta con su
presencia en esta primera de abono. Que no sea flor de un día.
Ficha:
Plaza de
Toros de Madrid, Las Ventas. Viernes 8 de Mayo. 1º de la feria de San Isidro.
Toros de El
Cortijillo (1º y 6º) y Lozano Hermanos. Variados de presencia, mansos y
deslucidos.
Joselito
Adame: Silencio y Silencio
Pepe Moral:
Silencio y Silencio
Juan del
Álamo: Oreja protestada y Silencio
Entrada: Tres
cuartos de plaza.
Y mañana:
Toros de Fuente-Ymbro para: Cesar Jiménez, Paco Ureña y El Payo.
Por Fran
Pérez @frantrapiotoros
No hay comentarios:
Publicar un comentario