Constanza
contigo empezó todo. Luego llegó Conchi, la come niños. Se los comía de amor
por su profesión, por enseñar por aprender. Más tarde la Cerdá, que ya suponen
ustedes como la llamaban, quítenle el acento. Juanita Colonias llegó después.
Inconfundible su perfume, del bueno, que quede claro.
Después llegaron los hombres, cuando el
tiempo me llevaba a mí, camino de convertirme en ello. Mazuecos, temido,
matemático, pero a la vez gran persona y mejor ajedrecista. Don Pedro,
geógrafo, viajero y servicial y el señor nadie es perfecto, el 9,9. Hoy José
Francisco, si me lees, te decíamos el morro mujo. No ponías el 10, pero tú eras de 10.
Se alargaría
la lista de buenos profesores que he tenido. El profesor sabe que su profesión
va unida al mote. Todos lo hemos hecho. Hasta ellos cuando no pensaban que
algún día llegarían al magisterio.
Con el
tiempo, todos hemos sabido apreciar el buen trabajo de este colectivo, y que es
que muchos se convertían en nuestros padres cuando el colegio todavía no
entendía de jornada intensiva.
Lamentablemente
me encuentro con las palabras de un señor que dice ser educado y maestro. Un
señor del magisterio de la mala baba. ¿Qué digo señor?.......... (LA PARTE MEJOR VIENE AHORA NO DEJES DE LEERLA EN elmuletazo.com) click aquí para acceder al artículo completo de Fran Pérez en elmuletazo.com
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