Por mucho que
Pablo Hermoso de Mendoza sea de la tierra y haya que tener el ruedo de Pamplona
para que guste de dar caballazos en 6 de julio, no se puede tener hecho un
patatal el día de antes para los novilleros.
El aspecto
del ruedo en la primera de abono de la feria de Pamplona ha sido propio de una portátil
de pueblo con corrida de montaje. Pamplona no merece esa imagen. El ruedo debe
ser una alfombra y los novilleros también se la merecen.
No debe ser
nada cómodo torear con arena por encima del tobillo, es más, yo creo que hasta
a los novillos les debe costar desplazarse con tal cantidad de arena bajo sus
patas.
Lo del tema
de la playa al inicio de feria no es nada nuevo en Pamplona. Nuevos eran los
tres novilleros de hoy. Javier Marín tiene buen concepto y habrá que verlo más
veces. Luis David Adame, la sorpresa novilleril de 2016, con su gran actuación
a sangre y fuego en San Isidro, no anda como en mayo. A pesar de las tres
orejas, con un palco de rebajas en Pamplona, hoy no me sorprendió y ha dado un
paso atrás en el nivel que yo me esperaba de él. Quiero pensar que es la
cornada la que le ha pasado factura y que poco a poco podamos reencontrarnos
con el Adame de Madrid. Me decepciono el francés Younes. Lo esperaba más hecho
y la verdad es que está a años luz de su reveladora actuación de la feria de
Fallas. Quiero ser bueno con ellos y tener
espera. El escalafón de novilleros busca ansioso volver a tener novilleros
punteros. Y novillero puntero será el que sea distinto a los demás, ser
novillero y no torerito correcto es lo que toca porque si no los sueños
quedaran enterrados bajo la arena de la playa del ruedo de Pamplona.
Fran Pérez
@frantrapiotoros
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