sábado, 3 de diciembre de 2016

LA BRAVURA DE UN TORERO

El 25 de junio, cuando nadie lo pensaba, la tauromaquia lanzó su verdad, su cruda y a la vez necesaria verdad. Aunque suene mal, la tauromaquia necesita de cornadas que de vez en cuando nos pongan los pies en la tierra y que acrecienten la admiración por los toreros que se ponen delante de toros sin corrupción en sus pitones.

Una tarde de sol sanjuanera se convirtió en la sombra fría y la sorpresa. No se podía creer que un torero de extraordinarias facultades estuviera debatiéndose entre la vida y la muerte en la camilla de una enfermería.

Fue en Alicante donde la desgracia encontró las manos divinas. Esas del equipo médico de la plaza de toros que salvó al hombre y supero el reto de recuperarlo entero.

La cornada que recibió Manuel Escribano ese día ha sido una de las más duras de los últimos tiempos. El toro de Adolfo Martín prácticamente le destrozó el muslo en una escena dantesca que nos enmudeció a los que lo vimos en directo en la plaza y los que estaban pendientes de la televisión.

Pero la verdad de la fiesta también es la superación. La lucha diaria de toreros por conseguir su sueño, por querer ser más o por llegar donde estaban cuando un toro los frenó en seco.

No es la primera vez que el torero de Gerena ha conseguido superar el reto que cada cornada marca a los toreros. Hace algunos años en Sotillo de la Adrada un toro lo reventó por dentro literalmente rompiéndole la iliaca. Manuel consiguió el reto y volvió al sitio que se había ganado en una sustitución de El Juli con una corrida de Miura en Sevilla.

Pero cuando el destino le había dejado probar la mejor miel en forma de indulto de un toro de Victorino en Sevilla, más tarde se lo hizo pagar caro en forma de un nuevo reto en el que lucha sin cuartel para poder superarlo. No dudamos que lo conseguirá.

Manuel ha tentado hoy unas becerras en la ganadería de Victoriano del Río y ya ha dejado entrever que va por el camino correcto y que pronto volverá a vestir el chispeante para que el destino le siga permitiendo caminar y hacer historia en cada pisada.
Cuentan que será en Olivenza por marzo, donde Manuel diga ¡Aquí estoy otra vez! Mientras admiren a una persona que se crece en el castigo. La bravura ese elemento esencial en la fiesta, tanto en el toro como en el torero.

Fran Pérez  @frantrapiotoros

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