En este mundo
donde la indiferencia reina, donde se es capaz de abandonar lo humano para
adentrarse en gilipollez extrema de lo banal, todavía hay gente sana.
Todavía hay
gente que tiende la mano, que no pierde la sonrisa y lucha. Que ayuda y no
desespera. Que trabaja sin intereses. Que busca momentos para enriquecer el
corazón. Que le pone sentido a la racionalidad humana.
Nuestra vida está
hecha de pequeños instantes que marcan nuestra memoria. Pedazos de historia por
los que seremos recordados. Las modas pasan, los sentimientos perduran.
He comprobado
como en los momentos más difíciles siempre se encuentra algo bueno. Algo que no
cura pero calma y reconforta. Algo que no tiene precio y no se puede comprar en
ninguna gran superficie comercial, ni los chinos han sido capaces de falsificarla.
Ayer el gesto
le pudo al juego. Muera Pokemón, cuando se puede encontrar otra cosa en la vida
real. Rafaelillo encontró la felicidad. La sonrisa de un niño que pelea y se
agarra a la vida.
¡Viva la
Vida!
Un festival
para Adrián Ya
Fran Pérez
@frantrapiotoros
Foto:
@heracliero
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