Acabó la
feria del arroz de Calasparra con la tradicional novillada de “El Cubo”. La
ganadería predilecta de la afición calasparreña, que año tras año, ha cosechado
triunfos importantes en la plaza de la Caverina y que este año, sin embargo, no
ha dado el juego esperado.
Cierto es,
que no salió ese novillo claro que esta ganadería nos tiene acostumbrados pero
al menos tres de los ejemplares lidiados ofrecieron posibilidades para el
triunfo.
El mejor lote
fue para José Manuel. El novillero de Alquerías cerró la feria igual que el año
pasado. Mostrando su garra y no dejándose ganar la pelea. Es José Manuel un
novillero que cae bien. Un torero que con los gestos de su cara comunica al
tendido. Esa comunicación, a veces, está reñida con el toreo. Y quizá fue so lo
que faltó hoy en sus dos toros. El primero fue un novillo manejable y que se
dejó mucho por ambos pitones. Un ejemplar ideal para estructurar una faena
ligada y con temple. José Manuel comenzó bien pero terminó liándose y perdiendo
el tono conseguido en la primera tanda. El corazón le pudo a la cabeza. Pero el
corazón de este torero es tan trasparente que al público lo contagia. Tras una
estocada caída, cortó una oreja.
Con el cuarto
nos equivocamos todos. Fue el ojo del presidente, el que aguantó un animal
protestado, que en los primeros tercios de la lidia, adoleció de fuerza. Pero
el novillo de “El Cubo” se vino arriba y embistió a la muleta, encastado y con
fuerza. Un novillo importante con el que José Manuel mostró voluntad ante las
fuertes embestidas del animal. En un descuido el toro se lo echó a los lomos y
fue trasladado a la enfermería. Pero el drama se transformó en triunfo. Tras
comprobar dentro de la enfermería que las consecuencias de la cogida eran
menores, el novillero salió espoleado y con el nervio que le caracteriza se fue
al toro para subirse literalmente encima de él. Toreo lo que es toreo no hubo,
pero si hubo emoción y retazos de lo que antiguamente era ser novillero. Tras
un pinchazo y media de efecto fulminante la plaza se “josemanuelizó”. Cortó una
oreja con petición de la segunda, se dio dos vueltas al ruedo sintiendo el
cariño de la gente y tuvo el honor de escuchar una bronca al presidente por no
concederle la oreja. Aunque muchos aficionados también sintieran el honor de
tener un presidente que pone cordura al asunto.
Del triunfo
de José Manuel a las historias rocambolescas. Me gustó Alejandro Marcos con el
segundo novillo, mostró trazo y actitud, aunque el de El Cubo fuera un inválido
y no le hiciera el favor a su buen concepto. Luego, con el quinto llegó el lio
padre. Lo que comentaremos en estos días. Un novillo con una nube que pasa el
reconocimiento sin saber por qué. Unas promesas de devolverlo si el novillo
hacía gestos en la plaza de mala visión. Una cuadrilla histérica pidiendo la
devolución del novillo cuando nadie la pedía. Un novillero con psicosis que
pegó el petardo y escuchó los tres avisos. Una caricia de José Mora al
empresario Pedro Chicote con la intervención de la guardia civil y abrazo de
reconciliación entre ellos. Y un lamentable espectáculo del que esperemos que
nunca jamás tengamos que escribir algo igual.
Diego
Carretero, en tono menor, se estrelló con un tercero deslucido y sin opciones y
no conectó con el manejable sexto, cuando la gente estaba más pendiente de las
historias rocambolescas que de lo que estaba sucediendo en el ruedo.
Ficha:
Plaza de
toros de Calasparra. Última de la feria del Arroz. Jueves 8 de septiembre-
Novillos de
El Cubo, bien presentados y desiguales de juego. Encastado el 4º, manejables 1º
y 6º. Deslucidos los restantes.
José Manuel:
Oreja y Oreja con petición de la segunda y dos vueltas al ruedo
Alejandro
Marcos: Ovación con saludos y Bronca tras tres avisos.
Diego
Carretero: Ovación con saludos y Ovación con saludos.
Entrada: Tres
cuartos de plaza
Fran Pérez
@frantrapiotoros
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