Esta semana
vengo a hablaros sobre algo que tanto a mi como a muchos de vosotros nos toca
la moral… ¿Cómo puede ser que en pleno siglo veintiuno no se pueda expresar
libremente una opinión en una plaza de toros, como puede ser que por protestar
algo que bajo tu punto de vista está mal, te echen a empujones y porrazos de
una plaza de toros? Sobre esto vengo a hablaros hoy…
Hace unos
días en el último festejo de la Feria de Albacete un aficionado fue expulsado
de la plaza, primero a empujones por el público y luego por un guardia de
seguridad de dicha plaza. Y todo por protestar algo que a él le parecía mal, ¿pensáis
que es correcta la actitud de la genta al echar a este hombre de la plaza que
había pagado su entrada como todo el mundo, solo por protestar?
Yo pienso que
no es correcta ya que los aficionados a los toros hoy en día pagamos un dineral
por ver un espectáculo en el que muchas veces y por desgracia casi en todas se
nos da “gato por liebre”. Somos pocos los que vamos a una plaza, pagamos
nuestra entrada y si algo no nos parece bien, protestamos. Y encima de que
somos pocos los que protestamos, nos quieren quitar de en medio...
Quieren
convertir este espectáculo en algo en el cual el aficionado se limite a pedir
orejas y aplaudir. Por suerte de momento no lo han conseguido, pero con casos
como el de Albacete no solo conseguirán que dejemos de protestar, sino que
también conseguirán que dejemos de ir a la plaza por miedo a que por ejercer nuestro
derecho de exigir y protestar aquello que no vemos bien, nos traten igual que trataron
a este señor en Albacete.
Los aficionados
que protestamos no lo hacemos por gusto, lo hacemos porque muchas veces nos
sentimos engañados, y personalmente pienso que para decirle a los toreros lo bien
que lo han hecho ya tienen a mucha gente alrededor, formando esa burbuja en la
que viven, sin darse (o al menos sin querer darse) cuenta de que esta fiesta va
a menos. A veces también deberían salir de esa burbuja y escuchar al
aficionado.
No debemos de
dejar que nadie convierta esta fiesta en eso de “a pagar y a callar”. Porque si
ya nos engañan casi como quieren, el día que se censure la libertad de
expresión la fiesta se terminará de venir abajo. Porque a la gente que hoy en
día vive de ella… no la veo con ánimo de que sus descendientes también vivan de
ella y la disfruten, porque antes de que eso llegue, los que he dicho que
vivían en esa burbuja se habrán cargado la fiesta.
Por Andrés
Salas @andresalas2011
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