Albacete,
plaza de referencia por su seriedad a la hora de concesión de trofeos y por la
seriedad a la hora de la presentación de los toros. Esto era algo que
distinguía a Albacete espiritualmente de cualquier otra plaza de toros de 2ª
categoría.
Este
año desgraciadamente no ha sido así, Albacete ha sufrido una decadencia general
que la ha hecho que sea una plaza más dentro de la categoría administrativa de
2ª. Hemos vistos como los pañuelos salían a pares en el palco, vueltas al ruedo
a toros que no la merecían, falta de profesionalidad y de criterio a la hora de
hacer sonar los avisos, y lo más grave falta del respeto al aficionado que paga
por ver un espectáculo íntegro y que este no lo ha podido disfrutar.
Una
plaza de toros de referencia como Albacete ha consentido que novilleros
lidiasen auténticas corridas de toros y que las figuras y matadores de toros
lidiasen auténticas novilladas, sin trapío y escurridos de carnes. Luego es el
propio sector el que se queja de que no hay cantera, de que no hay futuro, y no
me extraña que no lo haya ante semejantes sucesos. La imposición de su toro a
modo por parte de las figuras, hace que esta fiesta milenaria vaya perdiendo
interés para el público y que el aficionado esté cada vez más aburrido y
desencantado de ver siempre lo mismo, sota, caballo y rey. Por si fuese poco la
verdad del tercio de varas y de banderillas con brillantez se da por
extinguida.
En
Albacete no se ha visto ni una lidia bien hecha, sólo capotazos y capotazos agotando
las condiciones del toro. Pocos pares de banderillas hemos visto con verdad y
en la cara del toro y de la puya ni hablemos. En lo que respecta a lo hecho en
el ruedo poca brillantez se ha visto en las faenas, salvando a toreros como
Paco Ureña, Filiberto, Rubén Pinar o el novillero Pablo Aguado, que sí dieron
calidad y consiguieron que sus obras de arte tuviesen importancia. El colmo de
la desfachatez en Albacete ha venido con la falta de respeto al aficionado.
Dos
han sido los espectadores que han sido expulsados, sólo por dar su opinión a
viva voz. El viernes un señor exclamó “fuera del palco” y el presidente se
encargó de mandar la policía para que lo expulsase. Ayer un joven aficionado
exclamó “asesino” por la nefasta colocación del estoque de El Juli y esta vez
fueron los espectadores los que provocaron que de manera extremadamente
agresiva lo echaran.
¿Desde
cuándo hay esta censura en la fiesta? ¿Nadie puede expresar lo que está viendo
y lo que le está pareciendo mal? En Albacete todos callados y a aplaudir y
sacar los pañuelos como borregos. ¿Dónde estás Albacete? Ya no eres lo que
eras.
Por
Raúl Peña Peña.
Mi padre me contó que cuando alguien decía que quería ver torear a Manolete le contestaban que fuese pronto o ya no lo vería nunca, y asi fue ya que lo mató un toro. Pues yo soy gallego y siempre quise ir a los toros a Madrid, pero me va a pasar algo parecido a lo de Manolete, como no vaya pronto de seguir así las cosas ya no tendré toros que ver en Madrid ni en ninguna parte.
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