Hoy se irán
muchos a la cama pensando en lo bueno que es Talavante, o en la suerte que han
tenido de ver a cinco figuras del toreo, con su toro debajo del brazo,
homenajeando a un torero que merecía más verdad. Tanta verdad, como la que se
lo llevó.
Yo me voy
pensando en un novillo. En un señor novillo. En un Monteviejo que era el padre
de todos los “toros” que se han lidiado hoy en Valladolid. “Rosito”, guapo a
más no poder, como toda la novillada enviada por Victorino Martín a Calasparra,
dio un juego extraordinario. Un novillo que hace bueno el trabajo del ganadero
por recuperar “los patas blancas”. Esa línea es la buena.
Acudió alegre
al piquero, se vino arriba en banderillas y a la muleta fue franco por ambos
pitones, viniéndose de largo a la muleta de David Fernández. Gran pitón izquierdo
el de animal, al que el novillero sacó una tanda extraordinaria de naturales
que supieron a poco. Nos faltó ver terminar de exprimir ese pitón, en una faena
que fue de más a menos. Meritoria la labor del novillero de Cehegín, al que hay
que agradecerle que le diera distancia al toro y lo luciera, cosa rara que pase
en estos tiempos. Con la derecha estuvo bullidor y caló en el público y el mala
uso de la espada le dejó sólo con un trofeo. “Rosito” se fue con menos premio
del esperado, pero esta noche, soñaré ser ganadero para criar “patas blancas”
como él. Suene la ovación también desde aquí.
David Fernández
salió por la puerta grande, porque también había cortado una oreja al segundo.
Un animal al que recibió bien con el capote y que se paró en la muleta. A base
de firmeza y ganas consiguió conectar con el público. Mató bien y cayó la
oreja.
El primero
protagonizó una salida espectacular y le dio trabajo al carpintero de la plaza.
Se sintió el toro en la plaza y eso es una satisfacción enorme para todos los
que defendemos al toro como protagonista principal de la fiesta. La pena es que
el animal adoleció de fuerza y desarrolló sentido. Juan Viriato, que sustituía
a Amor Rodríguez, estuvo voluntarioso y aguantó las tarascadas del Monteviejo.
Al finalizar su actuación le dieron una ovación como premio a su esfuerzo. A
este novillo lo banderilleó primorosamente Raúl Cervantes, que se desmonteró al
colocar dos soberanos pares de banderillas de poder a poder.
Con el soso
cuarto, fue silenciado. Aquí se le vio menos confiado a Juan. No le puso salsa
a un animal que pasaba pero que necesitaba que el novillero vendiera el
esfuerzo. Todo quedó muy aburrido y escuchó silencio.
Curro Durán
no tuvo su tarde. Al noblón tercero tardó en verlo. El animal tenía quince
embestidas francas en la muleta y Curro se lo pasó por la periferia. Cuando
quiso confiarse ya no había novillo. Luego la espada tampoco le funcionó y
escuchó silencio.
El sexto,
acusó el pésimo alumbrado de la plaza de toros de Calasparra y puso en apuros a
todas las cuadrillas. El caos se extendió cuando el novillo prendió en el
segundo par al banderillero Manuel Pérez Valcárcel. Un momento dramático ya que
el toro hizo por el contra las tablas. El susto quedó en una luxación de
tobillo. Cosa menor cuando el Monteviejo podía haberlo partido por la mitad. Tendrá
que ponerle velas a la Virgen de la Esperanza, patrona de Calasparra.
No se confió
Curro, que estuvo vendido en varias ocasiones delante de la cara del toro.
Escuchó Silencio.
David Fernández,
además de triunfar, se ganó la repetición. Mañana ocupará el puesto de Leo
Valadez, que no reaparecerá mañana.
Calasparra
(Murcia) 2ª de la feria del Arroz. Domingo 4 de septiembre. Novillos de
Monteviejo, muy bien presentados y de juego desigual. Deslucidos 1º, 2º y 6º.
Nobles 3º y 4º. Extraordinario el 5º. Juan Viriato: Ovación con saludos y
Ovación con saludos. David Fernández: Oreja y Oreja. Curro Durán: Silencio y
Silencio. Entrada: Más de media.
Y mañana:
Novillos de Peñajara para David Fernández, José E. Colomo y José Cabrera.
Fran Pérez
@frantrapiotoros
Y en puntas cosa rara en estos tiempos.
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