Seguro, que
ya, ahí arriba, se han saludado y han charlado de cómo está el toreo y se han entusiasmado
al ver como Antonio le relataba como un hijo suyo, fue capaz de poner a todos de
acuerdo con un toro de Victoriano del Río en Madrid, en una corrida de la
Beneficencia.
Hace unos
días nos dejaba el inigualable Antonio González Barnés. Apasionado
Manzanarista. Pero del Dols Abellán. De hecho, hace menos de un año, en la Gala
del Toreo de la Región de Murcia celebrada en el teatro Romea, y que mi querido
Antonio organizó, hubo un amplio recuerdo a la memoria de unos de los toreros
más geniales y personales de la historia de la tauromaquia.
En Antonio y
José María había una cosa en común. El amor por Murcia. El torero gozaba
toreando en la plaza de toros de la Condomina. Una ciudad que consideraba su
casa y una plaza que lo trataba como un hijo. El periodista, sentía a Murcia
como una Madre, en sus 12 años como concejal de Cultura revitalizó que el corazón
de los murcianos sintiera bien fuerte sus raíces. Raíces que pasan por la
fiesta de los toros.
Donde quiera
que estén, allí, los dos juntos sentados, habrán recordado aquella tarde de
septiembre del 94. Un sábado de feria por día 10, donde por cuarto lugar salió
a la plaza de toros de Murcia un toro de Juan Pedro Domecq que respondía el
nombre de “Ganador”.
El toro, de
467 Kilos de peso y de la ganadería de Juan Pedro Domecq Solís, y que acabó
siendo indultado, propició una de las obras maestras del maestro alicantino que
será recordada siempre por todo el aficionado que tuvo la suerte de verlo y de
los que no pudimos porque éramos demasiado pequeños para ello. Hoy por hoy, y
tras 22 años del suceso, el maestro sigue poniendo la motivación para querer
más aún esta fiesta de los toros y sienta cátedra a los que quieren ser
toreros. No hay torero sin personalidad.
Disfruten.
Fran Pérez
@frantrapiotoros
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