jueves, 15 de diciembre de 2016

LA CORONA DE LA Ñ

A veces, hay momentos en los que gestionar la tensión se hace tarea imposible. Y es que cuando la sangre manda no hay nada para parar los sentimientos.
Es inevitable que tu cuerpo sea un imán, que salte y vibre con lo que más se quiere, se responsabilice cuando las cosas no salen como se piensa y rompa los corchetes de la emoción cuando el destino es capaz de superar barreras en busca de nuevos retos.
Esta temporada he tenido la oportunidad de estar cerca de la tensión. De esa que sólo un familiar de un valiente de luces que pinta naturales con sabor a pueblo vive, cuando en el albero el rito de la fiesta de los toros aparece con su más sincera verdad.

Torear al miedo sin que se note no es fácil. Pero lo que es casi imposible es encontrarse una sonrisa y un consuelo, una arenga de optimismo en alguien que está pasando más presión que tú.

Yo este año lo encontré. Vi que la valentía nació en la corona de la ñ, y me hice amigo de ella.
Y se dice y no pasa nada.

Porque el tiempo nos siga dando momentos donde los sentimientos le puedan a la gestión.

La vida misma.

Aquí un compadre para siempre.

Fran Pérez @frantrapiotoros

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