Se ha
desatado la euforia por la llegada de Alberto Bailleres y su empresa al
organigrama taurino español.
Quizá sea la
buena cartera del mexicano la que haya sido la mecha que ha prendido al
entusiasmo.
Mañana dicen
que el toreo va a cambiar, pero por favor, a mi permitidme ser más cauto. No está
la fiesta en México, donde ya tienen experiencia en estas lindes, tan sana como
para hacer el día de la coronación del rey Alberto.
Me da a mí
que todo seguirá igual o peor en muchas cosas. Habrá que poner especial énfasis
en la integridad del toro, cosa que los mexicanos no llevan muy a gala. Habrá
que ver si el Rey tiene sitio para todos los toreros o sólo para figuras y
allegados de amigos. Habrá que ver lo que aguanta y eso se verá en Córdoba.
Plaza difícil y de perdidas dónde muchos han salido por patas.
Mañana no
enteramos de sus planes y hablamos.
Por cierto,
que Bailleres esté en Córdoba es porque quiere acercarse lo más posible a
Sevilla. El gran sueño de EMTSA es llevar la gestión taurina de la Maestranza
de Sevilla. Y pronto se enteraran los maestrantes, cuando les llegue oferta económica
suculenta para que le dejen llevarla.
Ya sabemos cómo
se las gastan los maestrantes y el parné. Nerviosito debe estar Canorea, por
eso está bajándose los pantalones en los despachos a sabiendas de que el lobo
anda detrás de él.
Y mientras suena
el “Americanos, vienen a España gordos y sanos………..”
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