Vaya mes de
junio. Nos quejábamos del nivel bajo y facilón de la feria de San Isidro de
este 2015, pero las ferias que le han seguido por provincias han sido para
abandonar a su suerte este espectáculo al que llamamos “Toros” y que lamentablemente
ahora es “Figuras que saben manejar algo los trastos”.
Menos mal que
todavía llevamos en el cuerpo la escenificación de la verdad de la fiesta, en
la obra de arte taurino que nos mostró Rafaelillo el 7 de Junio en Madrid ante
un Miura o la que mostró ayer el mexicano Joselito Adame y que pagó con cornada
en la recién reinaugurada plaza de toros de Burgos, de la que dicen que los oídos
taurinos le darán la espalda, por su horrible sonido a polideportivo y no a
plaza de toros.
Si visteis
los tres festejos de Alicante por televisión creo que estaréis conmigo en que
el ganado, aun considerando que esa plaza siempre ha sido fácil, era una ruina.
Una ruina escandalosa lidiada por figuras. Animales con tipo de becerros
impropios de un torero de alternativa. Las comparaciones son odiosas, pero
miraos un eralito de los que salen en las novilladas de Canal Sur y un torete
de estos. Creo que hay que alabar los huevos de los novilleros sin caballos. Se
lo merecen.
Pero no sólo
las figuras tienen culpa en este despropósito. Las empresas, sus apoderados y
los ganaderos que dejan entrar al barbero en la finca. Y si un presidente les
desmonta el tinglado en el reconocimiento, están las presiones de caída del
cartel que les funcionan a las mil maravillas.
Y luego por
la tarde el torero se muestra como haciendo un esfuerzo, alentado por los
palmeros de callejón y por gentes del tendido que no quieren ver la evidente
corrupción del espectáculo. Y pobre del presidente que se salte el guion del “Orejas
para todos”, porque luego están los medios de comunicación del sector que son capaces
de escribir editoriales en contra de su persona por negar una oreja que no era
ni en la portátil de Torrevieja.
Lujo y triunfo
para todos. Este “Costa Concordia” que es la tauromaquia navega viento en popa,
no se hundirá nunca. Ilusos. El barco está cerca del peñasco y el agua ya va
entrando sin piedad.
A lo mejor lo
que necesita esto es renacer. Y para renacer hay que palmar. A lo mejor,
muertos, el sector se da cuenta de su tremendo fracaso y que la teoría del
escarabajo, arrastrar mierda y mierda, no le fue bien. Lo mismo se da cuenta de
que el toro es el protagonista, de que jamás le debieron dar la espalda, de que
la fiesta es del pueblo y no de un par de señoritos engominaos con un gin tonic
en la mano y ataviados con una camisa del caballo. Escarmentados, ese renacer debería
tener un proyecto de defensa contra los ataques indocumentados a la fiesta y
enterrar esa idea de cazurros de que la tauromaquia se defiende sola.
Pero ojo si
nos hundimos, nos hundimos todos. No vale eso de que el capitán se coja una
lancha y a Juan José Padilla y se vaya a la costa. Que te veo venir Matilla.
Por cierto, que cara. Que te crees que somos tontos. Ya nos dirás lo que ganas
con las sustituciones de Manzanares por Padilla.
Poco he visto
en los carteles a Morenito de Aranda, que no han puesto ni en su tierra,
Eugenio de Mora, Rafaelillo y López Simón. Queda claro que estar en buen
momento y triunfar en Madrid no vale para nada. Por cierto, si López Simón
quiere entrar en el grupo de la regeneración que no haga cositas como en La Brède.
Hay que cumplir todos los compromisos, nos guste el cartel o no, habiendo
triunfado en Madrid o no. Si antes de ser alguien ya vas con lo mismo que las
figuras mal camino llevas. Tú Alberto y todo el que piense ser figura. Ante
todo torero. Ya veis en que situación están dejando las figuras la fiesta. Que
hasta algunos ya riegan plazas y dicen que eso es arte.
Y que lo
mejor de estos quince días últimos de junio sea una foto de un torero olvidado,
Marco Antonio Gómez, de maletilla en las calles de Coria, manda huevos.
Que empiece San Fermín.
Fran Pérez
@frantrapiotoros
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