Antes de
comenzar el festejo, me han comparado el día lo de hoy con aquel mano a mano
del 91, en el que César Rincón y José Ortega Cano escribieron una de las páginas
de más lustre de la corrida de beneficencia. Lo de hoy, me decían, va a ser
igual.
Aquella tarde y la de hoy son dos tardes antónimas.
Ni punto de comparación. La Beneficencia del 91 fue el combate directo que una
figura y la gran novedad de la temporada dispusieron para regocijo de la
afición. Todo lo contrario que hoy, porque si, figuras había, dos, pero la
novedad y el reto han brillado por su ausencia.
Tarde plomiza
y soporífera, por la actitud de los toreros y el juego de los toros de
Victoriano del Río. Y eso que empezó bien la cosa. Con un primero, cornalón y
poco pesado, al que se le picó poco, manseó y llegó a la muleta con transmisión
por los dos pitones. Un manso de lio. Un toro extraordinario para la muleta con
el que “El Juli”, acostumbrado a lidiar con toros de más suavidad y menos
empuje, naufragó como el Titanic. Faena larga y a su estilo. Retorcido y sin
ajuste. La faena, como el barco, se hundía y el Juli, como la orquesta del
mítico barco, seguía dando pases y pases. La torería no hizo acto de presencia,
la basteza estaba la primera.
Se le fue un
toro de orejas. Espero que se diga y no se tape. Porque si esto le pasa a un
torero canino, le están dando palos hasta en la letra de documento nacional de
identidad.
Tarde poco
comprometida y dando la sensación de desgana, de estar a disgusto toreando en
Madrid. Vale que sus dos siguientes toros fueran sosos y aburridos, pero Juli
también aburrió. No puso nada.
Y es que este mano a mano venia cocinado con el no ataque. Cada uno a lo suyo y sin
molestarse. Qué pena. Que se tenga que decir que dos figuras frente a frente
sólo se hayan hecho un quite da que pensar. A su favor tiene Juli romper con su
único quite el hielo en el cuarto, para que Perera se picara, en su único quite
también, y dejara lo mejor de su actuación. Un quite por gaoneras y tafalleras del extremeño,
que se puede premiar como el mejor quite de la feria.
Y ya no hay
más, porque los de Victoriano del Río, salvo ese primero mansurrón pero de gran
embestida, los otros mansurrearon a nivel infinito y encima se pararon en la
muleta. Un petardo ganadero con sobrero de iguales características de Montalvo,
en sexto lugar. Que diferencia con aquella gran corrida de Samuel Flores del
91.
Ficha:
Plaza de
Toros de Madrid, Las ventas. Miércoles 3 de junio. Corrida extraordinaria de
Beneficencia. Dentro del ciclo de San Isidro.
Toros de
Victoriano del Río, muy desiguales de presencia, mansísimos y deslucidos,
excepto el 1º, ovacionado en el arrastre, que fue extraordinario para la
muleta. Un sobrero, 6º, de Montalvo, deslucido.
El Juli:
División de opiniones, silencio y silencio.
Miguel Ángel
Perera: Silencio, Silencio y Silencio.
Entrada:
Lleno de “No hay billetes”
Y Mañana:
Toros de Adolfo Martín para: Diego Urdiales, Sebastián Castella y Manuel
Escribano.
Por Fran
Pérez @frantrapiotoros
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