Toros grises,
de juego como su capa. Dos toreros que colorearon la tarde, color torería y
color emoción. Todo mezclado con dosis de firmeza y ganas.
Pincel fino, óleo
y gracia en las muñecas de Diego Urdiales. Obras maestras de verónicas y una
media de recibo. Y en la faena, una exposición de temple y valentía, ante el
parado y peligroso primero. Suavidad y muletazos extraordinarios, uno por bajo
candidato para anunciar ferias. Pena que la espada se cargara tan delicada obra.
Pero la inspiración no terminó ahí. La media en el quite al tercero, candidata
a la media de la feria. ¡Qué media de perfume! Si la da uno que yo se me, se
cae el mundo. Pero aquí la ha dado Urdiales. El Clavel calladito y la afición,
con la camisa partida. Papeles cambiados. Aleluya.
El cuarto fue
el más soso de los de Adolfo. Un animal noble al que sacó una tanda inicial
antes de que se parara del todo. Una tanda, pero una señora tanda. Todavía hay
un tonto pintándole. Hoy ese tipo debió escuchar, el pumm petardo. Remató, a este toro, con la estocada
de la feria.
Lo peor es
que ¿Cuándo volveremos a ver a Urdiales? Mirar los carteles de las ferias de junio
y que se te caiga el alma a los pies. Ellos se lo pierden. Urdiales es pata
negra, toreo de nochebuena. Lo vemos poco, pero lo saboreamos. Y si el palmero
quiere Hacendado, que se lo coma.
Pincel Rubio,
con mucha masa escrotal, de superación y suerte. Manuel Escribano ha pisado
fuerte Madrid. Se fue a porta gayola en sus dos toros, uno flojo y deslucido no
le permitió sacar su potencial. Y otro, emocionante y con peligro, que hizo
relucir sus mejores virtudes y ver que tiene sitio en esta fiesta. No es Manuel
torero de toros facilones y a la vista que la emoción del sexto toro lo ha
elevado a los altares. Emoción en el tercio de banderillas, con varios
instantes donde la pelea entre toro y torero, iba de igual a igual. Se le dejó
llegar muy cerca el sevillano y sacó de
casta torera para poderle y estar por encima del toro, y para colmo dejar naturales
de muy bella factura. Madrid se dio cuenta de la verdad, del corazón abierto y
sincero de un torero, que hoy ha dicho en Madrid, este soy yo. Paseó Un Orejón
de Ley al término de su actuación.
Castella anduvo
con precauciones con el violento segundo y se topó con las nulas posibilidades
del quinto. No fue su tarde, pero aún resuena su faena al de Alcurrucén. Lo que
está claro es que no es torero de colorear a los grises.
Ficha:
Plaza de
Toros de Madrid. Las Ventas. Jueves 4 de Junio. 28ª de abono San isidro
Toros de
Adolfo Martín, complicados y deslucidos. El 6º con emoción.
Diego
Urdiales: Ovación y Ovación
Sebastián
Castella: Silencio y Silencio
Manuel
Escribano: Silencio y Oreja
Entrada: Lleno
de “No hay billetes”
Y mañana:
Toros de Victorino Martín para: El Cid, único espada.
Por Fran
Pérez @frantrapiotoros
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