lunes, 16 de noviembre de 2015

LA INCULTURA, LO SUBLIME Y LO DEMÁS (Crónica Corrida 15 de Noviembre en La México) Por Lupia Loera

La expresión “mojarse” es aquella que usan los españoles para exigir que alguien diga la verdad.
Cuarta corrida de la Temporada Grande en la Plaza México. Ni media entrada. En el cartel estaban anunciados el rejoneador Alejandro Zendejas, y los matadores Diego Urdiales (español), Fermín Rivera y Fermín Espinosa Armillita IV.

Se lidiaron un toro de Fernando de la Mora para el caballero en plaza y seis de Bernaldo de Quirós, bien presentados en general, que resultaron mansos y descastados para los de a pie.
De la aguja vistieron los cuatro alternantes. Los ternos de los toreros dan solemnidad y son parte indispensable del acto litúrgico que es el toreo.

La incultura…
Si los nuevos y los no tan nuevos aficionados a los toros tuvieran conocimiento de que se oficia un rito, no pasarían las cosas que vemos en el tendido de una de las plazas más grandes e importantes del mundo.
Desde estas líneas hago un atento llamado a la empresa para que, de una vez por todas, ponga en orden a su personal y a los vendedores que hacen los que les vienen en gana en cualquier momento del festejo.
Gente que llega en el segundo o tercer toro y se mueve entre las barreras a su aire, como si no hubiera nadie jugándose la vida en el ruedo. Las puertas y túneles deberían permanecer cerrados mientras el toro se encuentra en el ruedo, por consideración al que se la “juega” y para que la gente aprenda que hay una cultura que conjuga orden y respeto. Ahora si, al toro…
Bueno resultó el de rejones que apretó fuerte al joven queretano Alejandro Zendejas. Éste logró buenos pares de banderillas y algunos momentos de lucimiento. Dado que los caballos fueron alcanzados en repetidas ocasiones, daba la impresión de que el burel estuvo por encima del rejoneador. Mató de una estocada trasera.

Lo sublime…
Bendita sea la hora en que Ponce se bajó del cartel. Por ello pudimos gozar de una de las mejores tauromaquias del mundo, la de Diego Urdiales, que fue confirmado esta tarde por Fermín Rivera con Armillita IV de testigo.
Con un toro que tenía problemas en la vista y que además era manso y agarrado al piso, el riojano nos ha llevado a lugares que pocos conocen: lo sublime, la naturalidad en sus pases y el temple logrado han sido la carta de presentación de este veterano diestro, que me dejó con la miel en los labios.
Pinchó a su primero y aun así dio una merecida vuelta al ruedo. Con el segundo tuvo detalles preciosos pero no hubo nada más que hacer.

Lo demás…
Si queremos que las cosas cambien en esta plaza que tanta tradición atesora, los primeros que tenemos que cambiar somos nosotros. ¡Señores!, no es posible que el público capitalino se emocione y conecte con Diego Urdiales y luego le grite torero a un Fermín Rivera que no tiene idea de cómo estructurar una faena, carece de técnica y mueve los pies todo el tiempo.
Vi a Fermín sin sitio y sin cabeza de torero. Por ahí alegan que los astados no salieron buenos. Es cierto, pero… con los años de alternativa y la cantidad de gente que confía en él, sinceramente no creo que esa faena pegado a tablas y ahogando al toro ameritara la oreja que se le otorgó a pesar de un pinchazo.
El niño Armillita viene siendo un tema polémico desde el día de la presentación de los carteles de La México. Mucha gente me ha preguntado: ¿cuáles son los méritos de este chaval para que lo anuncien tres tardes?
A mi parecer es una falta de tacto y falta de administración de la gente que lo lleva, que hayan aceptado una responsabilidad así, porque en esa medida será la exigencia del público con él. Ayer estuvo más que verde…
No es la primera vez que invito a la afición a leer, a conocer sobre el mundo del toro, a instruirse y abrevar de lo antiguo, a alimentar el espíritu taurino con la información que existe de los muchos que han dejado su sangre en los ruedos.
Una vez más lo digo: ¡no a los gritos a la hora de oficiar la suerte suprema!, ¡no al movimiento en el tendido durante las faenas!, ¡no a la petición de un toro de regalo!
En la medida que mejoremos como público, en esa medida tendremos una mejor fiesta.


Por Lupia Loera @Guadalupeloera

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