No
soy yo de muchos cambios en esto de la fiesta. Quien me sigue desde hace
tiempo, sabe que lucho por una fiesta integra y emocionante donde el toro sea
la gran semilla que haga germinar grandes toreros y momentos únicos, y que la
semilla, sea también la que descubra a los que no tienen nada que hacer para
llegar a florecer.
Pero
sabiendo que soy poco proclive a los cambios, soy consciente de que el tercio
de varas, tal y como está ahora, es imposible de defender. Y no me vale que si
los toros fueran más encastados, esto se quedaría tal y como esta.
El
monopuyazo, a toro bajo peto, a traición, con la puya piramidal asesina,
afilada cual navaja marrullera, pues ni al descastado ni al encastado. Sea cual
sea la condición del toro, ese puyazo, único, la mayor parte de las veces caído
y con varias trayectorias es un bombazo a la tauromaquia en pleno primer
tercio. SIGUE LEYENDO EL ARTICULO EN PUREZA Y EMOCIÓN (Click aquí para enlace completo)
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