miércoles, 9 de diciembre de 2015

MENOS LLOROS Y MÁS "AUTOSUFICIENCIA"

Se han acabado los tiempos de las subvenciones. Ahora quien quiera ser empresario taurino tendrá que serlo sin ese colchón que algunos consistorios daban, que pocos invertían y que la mayoría se lo llevaba fresco a casa.

Muchos empresarios se han hecho ricos con el dinero de los ayuntamientos. No se puede negar lo evidente. Y la evidencia era que los espectáculos que se organizaban eran de ínfima seriedad y no se correspondían con la ayuda dada. La teoría de invertir un cuarto para llevarse tres, donde el empresario, relajado, daba su corrida sin miedo al mirar el tendido.

En Castilla la Mancha, sobre todo, creció esta teoría, alimentada por una televisión autonómica que retransmitía toros desde el pueblo más recóndito y que soltaba el dinero como pollo descabezado. Un panal de rica miel en donde el patrimonio crecía para algunos en detrimento de los que realmente se jugaban los muslos, de los ganaderos; y por consiguiente, del espectador. Tiempos donde el pagare o el “ya te veré” se hicieron dueños de la fiesta.

Ahora partidos de indocumentados se están cargando las subvenciones para los festejos taurinos de su pueblo, no como medida para la regeneración del sector taurino,  sino como medida de animalismo y antitaurinismo.

Ellos sabrán, pero desde aquí les digo que sin quererlo, su medida le va a venir estupenda al mundo del toro. Es la cura contra tantos años de moscones en la miel. Esto va a servir, para el que de toros, este realmente interesado en dar toros y no por lo que hay detrás de dar toros. Por tanto, un insecticida contra la corruptela. Una medida que va a conseguir que el empresario piense en ser “autosuficiente”. Que para dar toros hay que crear expectación, vender el festejo, darle publicidad y estar nervioso, como todo empresario que se juega su reputación en su actividad empresarial. En definitiva, trabajar. Pero claro, esa autosuficiencia debe extenderse por el sector, que desgraciadamente, vive en los mundos de yupi, exigiendo verdaderos dinerales por torear, no propios de la situación tan delicada por la que atraviesa la fiesta.

Sólo demostrando que sé puede caminar solos, tendremos derecho más delante, de exigir la subvención que sea, como segundo espectáculo de masas de este país y que ingresa al estado, en concepto de IVA, 45 millones de Euros. Un 68% más, que el subvencionado cine español.

Se está pasando el invierno y todo sigue igual. El cambio no sólo viene con la entrada de nombres nuevos al escalafón. La importancia del toro y sus encastes, para no perder más riqueza en el protagonista de la fiesta, y la regeneración interna del sector es crucial. La llantera no sirve para nada.

@frantrapiotoros

No hay comentarios:

Publicar un comentario