Comienza el puente de diciembre sin que sepamos todavía nada de la supuesta renovación de la fiesta. Se intuye que las figuras van a dejar anunciarse junto a ellas a toreros de la nueva hornada que llevan para el aficionado la ilusión del refresco, de un escalafón que ya se estaba haciendo muy repetitivo.
Pero eso no tiene nada de renovación y si de obligación. La auténtica renovación sería, además de poner a nuevos nombres en los carteles, anunciar ganaderías en estas combinaciones, que se salgan de lo habitual.
El toro es el
toro, y todos tienen peligro. Pero no me negareis que se hace muy repetitivo
ver al mismo torero ver torear siempre a la misma ganadería. Sin negar la
capacidad y esfuerzo para ello, se echa de menos más implicación con otros
hierros y encastes. Lo mejor es que el aficionado sabe que muchos de los
toreros que no quieren ver cierto tipo de ganaderías, estarían bien con ellas. Por
eso, el amplio deseo de querer verlos ante ellas.
Poco se habla
de la necesaria reducción del precio de las entradas y del marketing necesario
para que la fiesta de los toros y su cultura milenaria no queden a los pies de
cuatro indocumentados con bote de pintura roja.
Menos se habla
aún de la cantera. No se le abren vías a los que empiezan, para poder al menos,
tener la oportunidad de soñar con ser torero. Y sin cantera, no hay futuro ni
salud.
A menos de 15
días para las elecciones generales, la fiesta de los toros esta toreada. Nos han
ido dando desde navarras populares a macheteo podemita, de indiferencia vestida
de naranja a la hipocresía socialista. Pero lo peor de todo es que no sabemos cómo
va la faena, si bien ni mal, si de oreja o de bronca monumental. Ese silencio
maestrante que duele es lo más claro.
Entre tanta
pegada de cartel, he visto que falta personalidad. Estos políticos no tienen torería.
Y sin torería no se cautiva. Qué pena que las papeletas de los colegios
electorales no huelan a Romero. Ese Romero que emociona, que ruge y se
desgañita. Qué pena no poder meter este video en el sobre. No sé si sirve para
algo, pero a mí, las penas me las quita.
Por @frantrapiotoros
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