lunes, 25 de enero de 2016

TORO SIN TORERO Y TORERO SIN TORO (México DF, Crónica corrida 24 enero, Temporada Grande) Por Lupita Loera

Los toros: seis de Montecristo, terciados en presentación: hubo buenos, malos y regulares. Los peores: el primero y el quinto; se dejaron el segundo y tercero; los mejores: cuarto y sexto; estos últimos con los pitones ostensiblemente manipulados. Los toreros: Eulalio López “Zotoluco”, Julián López “El Juli” y Joselito Adame. El aforo: cerca de treinta mil personas se congregaron esta tarde en La México para presenciar uno de los carteles más esperados de esta floja temporada.

En la Tauromaquia, la delgada línea que separa el arte de la charlatanería es casi imperceptible. Y si los toreros tuvieran la convicción de que es el toro el que va a ofrendar su vida para que ellos logren una faena gloriosa -¿o no?-, quizá entonces no permitirían que se les manipularían las astas; además, las peores cornadas son aquellas que ocurren cuando el toro ha sido manoseado.

A Eulalio López le salió un tigre llamado “Mil Programas”, su primero, uno de los mejor presentados del encierro: alto, bragado meano, pero con mil problemas. El veterano diestro lo recibió con un farol de rodillas, pero fue muy poco su lucimiento con el capote. Le faltó castigo en varas al burel, yéndose para arriba en la muleta; faena de poder a poder; una “joyita” que se rajaba y salía suelto, y que en muchas ocasiones se coló buscando al espada. En fin…, que el torero sudó el terno y en serio. Estocada defectuosa.
Dicen que las oportunidades se presentan calvas; entonces, ¿por qué razón Zotoluco no aprovechó a “Guantero”? El mejor toro de la temporada sin duda; eso sí, le faltaban 15 centímetros de pitones, pero la calidad de su embestida era irrefutable. ¡¡¡Caray!!! El cárdeno oscuro merecía una faena más artística, con más entrega y emoción. Aunque logró arrancar el olé a La México, le faltó acompañamiento en los muletazos. De pronto se escucharon gritos de ¡¡toro!! Ni hablar…, flor sin aroma. Un toro que merecía mucho más.

“Malagueño” fue el primero del lote de El Juli, que a su salida hizo cosas muy parecidas al primero, pero Juli tiene título de maestría y supo enseñarlo a embestir con el capote y después meterlo a la muleta; lances a pies juntos previos a la puya que fue floja y sin recargar; manseó al tomar la vara el cinchado calcetero, que salió suelto después del quite por chicuelinas y se fue a tablas a esperar a los rehileteros. Señoras y señores: no cabe duda que la técnica y los años dan sitio. Julián tiene firmeza y seguridad ante cualquier toro, y obviamente esa sapiencia le permite ejecutar una faena como la que se le vio hoy, llena de recursos, alternando el bien torear con la pericia de un prestidigitador, ajustado en algunos pases y despegado en muchos, haciendo que el rugido del embudo se escuchara más allá del Estadio Azul. Estocada defectuosa, trasera y desprendida que provocó derrame; sin embargo, la faena estaba hecha, se desató tremenda bronca por la negación del trofeo por parte del juez de plaza: Gilberto Ruiz Torres que será recordada por mucho tiempo. Hasta donde yo sé, la primera oreja la otorga el público, ¿o no? Vuelta al ruedo para el madrileño.

A su salida, “Picador”, quinto de la tarde, que fue muy protestado, mostró el cobre que le afloraba por todas partes: salió cayéndose, se rajó en el caballo y puso al Juli a bailar con la más fea; para variar, con la espada fatal.
Tengo la impresión de que el lote de Adame fue el de menos presencia: su primero, “Tlaxcalteca”, salió cayéndose, aunque estaba bien presentado; le faltaba fuerza y el de "Aguas" lo tuvo que llevar con algodones, toreando a media altura; faena muy larga sin llegar a nada. Pésimo con la espada, caló al 174 de la ganadería de Montecristo.

Los tres alternantes dejaron al burel más fuerte para abrir plaza y al final a los despuntados y manipulados. Adame no fue la excepción con el sexto de nombre “Vencedor”, que también fue protestado por su falta de trapío. Con el capote pudimos ver todo el repertorio adamista, incluyendo sus gustadas zapopinas. El negro bragado fue el mejor de la corrida en el caballo, tuvo movilidad y buen estilo al embestir, cosa que fue aprovechada por el espada que alternará con su majestad José Tomás el próximo domingo, cortando una oreja después de coreada faena, más pensando en el público, que en el arte del toreo.

Quien suponga que las figuras del toreo llegan a ojos cerrados a la plaza, están en un error. Los toros son vistos y escogidos por sus apoderados mucho tiempo antes de la corrida. Hago este comentario para todos aquellos que piensan que la presencia de los cornúpetas es sólo responsabilidad del ganadero o la empresa.

Para el próximo domingo 31 de enero: tres toros de Fernando de la Mora y tres de Los Encinos para Su Alteza Serenísima José Tomás y el torero de México Joselito Adame.

¡¡¡Que Dios reparta suerte!!!

Por Lupita Loera @GuadalupeLoera

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