Muleta
en la izquierda. El Todo y la nada. “Murciano” quiere naturales, y un torero
los inmortaliza. Los deja volando todo el invierno, en sueños toreros de manta
y leña. Soñar con torear así y partir las Ventas con olés entusiasmados. Saltar
en el tendido como aquel niño que soñó hacerlo una tarde de verano al lado de
su abuelo.
Eso
señores. El sueño se hizo realidad. Y nos lo hizo vivir, sentir, soñar… Paco
Ureña.
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