Tiene Sevilla
un matrimonio difícil, pero un matrimonio inseparable. Sevilla es Morante, y
aunque el público por esposa vea con recelo los años de abandono, sabe muy bien
que están condenados a entenderse.
Claro es, que
el perdón, no puede venir sólo por la presencia. Hay que volver a coger la
senda de la confianza. Algo así quiso hacer Morante. Tres verónicas y una media
hicieron que Sevilla, por lo menos, abriera otra vez la puerta. En la
conversación de la venia, se cruzó un primer toro de Domingo Hernández que
adoleció de fuerzas. Y aunque Morante quiso firmar el pacto, el papel estaba
mojado.
Ante tal
panorama, Morante tuvo que darlo todo con el cuarto. Fue en este toro cuando vimos
a un Morante desconocido. Un complicado animal que cogió al banderillero de
confianza del matador, Antonio Jiménez “Lili” a la salida de un par de
banderillas. En otros tiempos, en otras circunstancias, Morante hubiera cogido
la calle de en medio. Pero Morante, sorpresivamente cogió la calle del
compromiso. Y sacó pasajes toreros de rezumante sabor añejo que volvieron a
calar en el tendido. Abrió la cancela del pellizco y dejó detalles únicos que
sólo pueden salir del cincel de sus muñecas. Tal fue el estado de compromiso,
que se le pasó el tiempo tratando de cerrar la obra con la mayor gracia
posible. Con un aviso antes de entrar a matar, el toro se puso imposible para
cuadrarlo y llegó la noticia. Tras estocada defectuosa y un descabello poco
certero el tercer aviso sonó. Tres avisos que lo dejan sin la condonación de la
afición Sevillana, una división de opiniones importante y una expectación total
para su próximo compromiso. Y es que el arte esta avisado. Y parece que algún día
de esta feria, llegará.
Alejandro Talavante,
quizá espoleado por lo que pasó en Valencia, salió como ese niño del Perú que
le dijo como tenía que salir a la plaza. Y ya desde el minuto uno, arreó en un quite al toro segundo, que picó a
Manzanares. Un bonito tercio de quites que gano por goleada el extremeño.
Sin material
propicio para el triunfo, con el sobrero tercero de Garcigrande, se inventó una
faena con gusto y templanza que llegó al tendido. Le puso el condimento que le
faltaba al soso toro y tras una buena estocada, se le premió con una oreja. Volvió
a intentar el milagro con el sexto, pero la cosa no pudo pasar a más por la
condición deslucida del oponente. Esta Talavante en un momento único, pero ese
momento no puede dejarlo pasar toreando ganado que no le va a dejar sacar lo
mejor de sí. Talavante pide toros bravos. O mejor dicho, la afición le avisa
que quiere verlo con un toro bravo. Que no se haga muy tarde.
José María
Manzanares sigue cuesta abajo y sin frenos. En tiempos pasados, le hubiera
formado un gazpacho al único toro con explosión de la tarde. Nada del otro
mundo, manso, sí. Pero el animal tenía cuatro tandas en las que antaño,
Manzanares se hubiera ganado las orejas. Hoy, desganado, apático y agrandando
aún más el espacio que deja entre el toro y él, ha confirmado que el bajón sigue
agrandándose. Con el quinto, hasta el torero ha perdido la comunión con el
tendido de la maestranza. Se le ve fuera, Pensando en otra cosa. Y cuando uno no
esta es mejor irse, antes de que un toro le recuerde que no está. Queda avisado.
Ficha:
Plaza de
Toros de la Real maestranza de Caballería de Sevilla. Domingo 27 de Marzo de
2016. Tradicional Corrida del Domingo de Resurrección.
Toros de
Domingo Hernández y un sobrero, 3º, de Garcigrande; de desigual presencia, flojos y deslucidos. Complicado el
4º, manso toreable el 2º.
Morante de la
Puebla: Silencio y División de Opiniones
José María
Manzanares: Silencio y Silencio
Alejandro Talavante:
Oreja y Ovación
Entrada:
Lleno de “No hay billetes”
PARTE MÉDICO
DE ANTONIO JIMÉNEZ "LILI": "Herida por asta de toro en cara
interna de muslo izquierdo que provoca desgarro de unos 15 cm. de músculo vasto
interno diseccionando y lesionando vena safena interna. Se practica ligadura de
safena, reparación muscular. Fue traslado al Hospital Viamed Sta. Ángela de la
Cruz. Pronóstico: Grave".
Por Fran
Pérez @frantrapiotoros
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