El día
amaneció absolutamente en contra de lo que debe ser un día de toros. Lluvioso y
ventoso, y así se ha mantenido. A la hora de la corrida llovía a modo, pero,
una vez quitada la cubierta, el piso estaba bien, los toreros necesitados y el
presidente condescendiente, de forma que se echó la tarde para adelante y nos
mojamos durante todos los toros. Si hay una cosa incómoda es un tendido
lloviendo. Además el viento y el frío ayudaban a crear ambiente. Así es muy
difícil que se dé una buena corrida de toros.
La corrida de
Manuel y Antonio Tornay ha estado desigualmente presentada. Frente a algún toro
bonito, había otros más feos y cornalones, eso sí, toda ella muy seria por
delante. Su comportamiento ha contribuido al fracaso de la tarde. Faltos de
casta, varios han perdido las manos, y embistiendo con la cara arriba, el que
ha querido embestir algo, que han sido los menos y muy parada. Imposible el
lucimiento. Los que criticaron la inclusión de este hierro en la Feria han
acertado.
Los toreros,
cada uno en su estilo, han procurado agradar, pero el material era poco
propicio. Esaú Fernández ha estado muy seguro toda la tarde, pero se ha topado
con dos toros a contra estilo y aunque el público lo ha animado, poco ha podido
hacer con lucimiento. Ver torear a Jiménez Fortes siempre da miedo. La
sensación de vulnerabilidad que tiene, hace que su quehacer tenga ese punto de
emoción que les faltó a sus toros. Un quite con el capote a la espalda y las
varias coladas que ha aguantado, han llevado el miedo a los tendidos. Pero
alargó demasiado sus faenas. Pecado que también cometió Borja Jiménez en su
afán de agradar.
En resumen,
agua, frío y viento no son para tardes de toros.
Y mañana: Toros de Torrestrella para: Miguel Ángel Delgado, Pepe Moral y Javier Jiménez.
Y mañana: Toros de Torrestrella para: Miguel Ángel Delgado, Pepe Moral y Javier Jiménez.
Sánchez-Mejías @isanchezmejias
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