jueves, 21 de abril de 2016

VÁYASE SEÑOR VALENCIA, VÁYASE.

Se quejaba ayer, como es habitual, la empresa de Sevilla, de que su feria de abril 2016 no le han salido las cuentas. Pagés sigue con su tradicional lloro post feria, también sin el cuñado Canorea.

Está claro que los números a los que se tiene que enfrentar un empresario asustan. La fiesta pasa por una desorbitada burbuja que se creó en los tiempos de las vacas gordas y que el propio sector no ha sido capaz de desinflar cuando a la vaca ya se le veía el esqueleto.

Partiendo de ese barro, este lodo.

Pero no vale llorar. La fiesta no necesita a empresarios derrotistas, que lloran pero no se van. Y si no se van, algo ganarán. La fiesta de los toros necesita trabajadores. Salir de una vez por todas de la comodidad del sillón de los tiempos de María Castaña y ponerse a buscar soluciones, para que este gran espectáculo salga del elitismo y el poder, para volver a ser del Pueblo.

Ramón Valencia, para no caer en errores del pasado, no culpa a los maestrantes, ni al estado ni a la burbuja del sector taurino de la que se alimentó durante este tiempo. Ramón culpa a la afición. Esa que ha sido maltratada hasta el exceso. Esa que, aunque apaleada estos años, ha sido capaz de pagar 78 € por una fila 8 del tendido. Sumen a esos 78€ la estancia, la entrada de dos o tres corridas más porque la afición tira más que la cabeza, la comida y el billete o gasolina de ida y vuelta.

No, si la afición va a tener la culpa de ser aficionada. Y encima va el señor y dice que afición no queda. Quedar queda, pero esta asqueada. Si usted no tiene ganas ni se siente con fuerza para llevar las riendas de la plaza de toros de la real maestranza de caballería de Sevilla, tiene el camino muy fácil. Que ya se lo dijo Aznar a Felipe. Váyase señor Valencia, váyase.

Fran Pérez @frantrapiotoros

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