Desde el
sabio tendido de Las Ventas una voz sonó ¡Estos picadores son de los chinos! Y
es que la tarde del día de san Fernando en Madrid está marcada por la mala
actuación de los varilargueros que se llevaron con sus ensañadas puyas contra
el cárdeno parte de la corrida de Adolfo Martín.
Luego nos quejamos de que los
toros no se mueven, pero los toreros, cuando ven que el toro se puede mover
permiten que sus picadores piquen con saña, mal y trasero sus toros.
A pesar de
eso, el segundo de la tarde, Escribiente de nombre, salió con vida del tercio
de varas, al que acudió con alegría al caballo. El piquero protagonizó el petardo
de la tarde picando mal y trasero a un animal que en la muleta dio un
interesante juego por ambos pitones. Sebastián Castella navegó entre mil dudas
con él en un trasteo en que jamás logró encontrarse con las francas embestidas
del toro de Adolfo. Insistió Castella pero el ajuste ni la colocación
convencieron a Madrid. El toro se hizo rey de la situación y fue gran
ovacionado en el arrastre y Castella se conformó con la división de opiniones
del personal.
Con el
quinto volvió Castella a desaprovechar la embestida mexicana por el pitón izquierdo
del toro de Adolfo. Un animal que pedía temple y cante grande por ese lado y al
que el francés le dio mantazos y gallinazos. Al final de faena se centró más
con el animal y escuchó al terminó de su actuación otra división de opiniones
que no hace nada más que confirmar su nefasta temporada.
Manuel
Escribano voluntarioso, no conecta con Madrid. Y es que su toreo despegado no
sienta cátedra en ninguna catedral. En la del toreo menos. Con el tercero, al
que recibió con una porta gayola donde tuvo que aguantar un parón espeluznante
del toro, ando vulgar y sin sentido, al igual
que con el deslucido sexto. Cierra feria Escribano con la sensación que
todos tuvimos al verlo tres tardes anunciado. Demasiadas.
Rafaelillo
no logró entenderse del todo con el primero de la tarde que de haberlo cuidado
en varas le hubiera proporcionado más alegrías. Pero con el barrabás cuarto,
Rafael volvió a ser ese gladiador nato
criado en el secano del Segura, crecido en Jaén y vivido en la batalla de la
vida. Puso entrepierna, se metió entre los pitones y llegó a sacar muletazos
con la mano izquierda inimaginables. La espada le volvió a fallar en el momento
clave y el orejón por cojones ganado quedó en una vuelta al ruedo unánime. Y es
que en esta feria de San Isidro, Murcia, es mucha Murcia.
Ficha:
Madrid.
Plaza de toros de Las Ventas. 25ª de la Feria de San Isidro.
Toros de
Adolfo Martín, bien presentados salvo 1º y 6º, más justos; nobles y descastados
en conjunto, a excepción del buen 2º, de nobleza y calidad encastada; y del 4º,
muy complicado.
Rafaelillo:
silencio tras aviso y vuelta al ruedo tras petición y aviso.
Sebastián
Castella: división tras aviso y ovación (protestada) con saludos.
Manuel
Escribano: silencio y silencio tras aviso.
Entrada:
Casi lleno
Y mañana:
Toros de Saltillo para: Sánchez Vara, Alberto Aguilar y José Carlos Venegas.
Por Fran
Pérez @frantrapiotoros y Juan Coronel @JuanCoronelRuiz
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