Me llaman
dañino, porque defiendo una fiesta integra y digna. Porque quiero un toro tal y
como lo parió su madre, sin el afeitado encubierto de las fundas. Soy un
talibán porque digo sin complejos los males de la fiesta. Porque no consigo
callarme ante las tropelías que cierta parte del sector hace con este espectáculo
rico. Rico en historia, en verdad, en emoción, en peligro, en superación, en
grandeza, en suerte, en triunfo y en muerte.
Qué pena que
tal riqueza este presa por los banqueros negros por intereses del empresariado,
apoderamiento y torería andante. Qué asco que algunos criadores del animal más
bello del mundo se alineen con esta panda de impresentables.
Realmente la
tauromaquia tiene lo que se merece. Porque demasiado bien va con lo mal que la
tratan los que la integran.
Imaginaos si
por un casual los intereses desaparecieran para darle paso a la verdad. Para
dejar que el agua fluya sin tablachos que paren los triunfos. Imaginaos que de
una vez por todas se piensa en el público que paga su entrada. Otro gallo nos
cantaría. Pensad que el postureo se acabe para darle vivas al rey toro.
Quiero una
tauromaquia mejor, por eso lucho por ella. Por eso propongo ideas que caen en
saco roto. La tauromaquia no entiende de lenguas fuera, toros por el suelo, monopuyazos
a traición contra un caballo que es un muro y toreritos toreando animales más
pequeños que los novilleros. Esa tauromaquia que ha perdido su esencia para ser
eau de toilette.
Yo quiero el
perfume de verdad, toros que metan la cara como “Camarín” de Baltasar Ibán.
Toreros que se superen día a día y que tengan la suerte de encontrarse otra vez
con la vida, como David Mora. Regalos de Dios como “Malagueño” de Alcurrucén.
Esperanzas jóvenes como Roca Rey. Quiero miedo, como los Saltillos. Quiero
valor como los de César del Puerto o David Adalid. Quiero soñar con el toreo y
envidiar las muñecas para dibujarlo como me lo hizo soñar y envidiar Paco
Ureña. Quiero que una figura me tape la boca y me tenga que tragar su mejor
actuación en años, como lo hizo Manzanares. Comprendo a toros que van de “Dalia”
a “Tabernero”. Quiero lidiadores como Javier Ambel y no puedo olvidarme de
Ángel Otero. Sería injusto no acordarme de un par de toros de “El Torero”, de
Talavante, de Morenito. Y del novillero Adame, que como siga así va al trono
directo. Quiero que Victorino siga siendo Victorino con toros como “Garrochista”
hacia arriba.
Sin quererlo,
sin esperarlo, me ha salido un resumen de la feria. Que me perdonen los que no
nombro pero eso es lo que se ha quedado dentro de esta mente dañina, con cuerpo
de talibán y corazón de amor por esta fiesta de bichos raros que llaman
taurinos. Prefiero ser bicho raro y tener personalidad que ser un alma de
franquicia.
Viva la
fiesta. Viva la verdad y Viva la personalidad.
Fran Pérez
@frantrapiotoros
Ojala hubiera más "bichos raros" como tú en esto.
ResponderEliminarOjala hubiera más "bichos raros" como tú en esto.
ResponderEliminarYo soy tambièn!! Talibàn a los toros!!
ResponderEliminar¡Vivan los talibanes!