La Francia Taurina
que se ha visto estos días en televisión no representa la lucha de los
aficionados del país vecino por la verdad de la fiesta. La feria de Istres esta
presa de la nueva tauromaquia del toro cómodo, con olor a after y torerista por
los cuatro costados.
En otras
partes del país, como Vic, Bayona se deben estar rasgando la vestiduras por la
imagen que a través de las cámaras de canal plus se ha dado al exterior de cómo
funciona la tauromaquia en Francia.
Yo sigo
creyendo en ese modelo que premia a los triunfadores y pone en valor al toro
bravo y a su integridad; y a todas las suertes de la lidia. En estos tiempos
donde la batalla siempre la gana la comodidad y la rufianería, es un honor que
todavía queden aficionados capaces de seguir el modelo que mejor le viene a la
fiesta. El modelo de la verdad.
Lo de Istres
empezó de risa y ha acabado de carcajada limpia.
La risa me la
produce ver a unas figuras capaces de todo con toros impropios de su nivel. Da
risa ver a Talavante en un estado estratosférico pero que la presencia del toro
con el que se pone delante baje el nivel por debajo de tierra. Talavante necesita
un toro bravo que se lo quiera comer delante. Ahí veremos al verdadero torero y
podremos partirnos la camisa o cantar por bulerías su excelente mano izquierda.
Diego
Urdiales está tardando en volver a los grises. Su comodidad a lo FIT lo está
llevando a pasar desapercibido. Urdiales es torero de ganarse los contratos
tarde a tarde. Así el riojano molaba más.
López Simón
sigue a su aire y con el toro demasiado edulcorado delante. Creo que el torero
tiene la capacidad de abandonar los Zalduendos para darnos una alegría con algo
más subidito de casta y presentación.
No quiero
perder la apuesta. Un día dije que José Garrido llegaría muy lejos en esto del
toro y su actuación en Istres me ha decepcionado. Le dejo margen de maniobra
pero a la próxima quiere de una vez por todas cantar las grandezas de un torero
con condiciones para ser grande.
Y llega lo de
Ponce, preparado para la ocasión, con indulto incluido. Mucho azúcar y
felicidad. Mucho confeti y anuncio de compresas. Una Ópera cantada por Mario
Vaquerizo con esmoquin incluido.
Si ya los
toros a los que se ha enfrentado eran un insulto a la tauromaquia, ponerse
delante con un esmoquin como Pedro por su casa, haciendo desaparecer la emoción
por el circo y dando a entender que delante de un toro se puede poner hasta
Felipe Juan Froilán, ha sido lamentable.
Mis respetos
a Ponce, su carrera es intachable, pero el fallo de hoy, con tantos años de
alternativa a sus espaldas y el respeto
que se supone que tiene por la profesión, ha sido garrafal.
Fran Pérez
@frantrapiotoros
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