Fuimos tan
felices que se nos olvidó decirnos cuanto nos queremos. Cada día me maldigo por
no haberte querido más, por no haberte mimando más y hacer de aquella ilusión
un himno y no un momento pasajero.
Sólo ahora,
desde la distancia, tengo la certeza que mi corazón era, es y seguirá siendo
parte del tuyo. Que entre los dos bombeábamos la pasión, nuestra pasión, y
paseábamos por el bulevar del tiempo entre albero y tendido, entre olés y
Puerta Grande, escuchando el sonido, soñando despierto, naturales de un rubio
lorquino.
Dichoso el
destino que nos separó. Por mayo nuestro corazón se partió en pedazos. Yo no te
vi marchar. Sé que tú tampoco te querías ir.
Y cuando fui
a tu rescate, vi tu amargura. Querías ser libre pero te condenaron a ser presa
del olvido.
Y al pasear
por los muros de tu encierro, salía tu voz desde la ventana. Ven a por mí que
te espero. Que quiero estar otra vez contigo, lucha amigo, que yo no muero.
Y de tu grito
me uní a coroneles de tu ejército, porque aunque encarcelada, seguías siendo
reina. Y con segura llave conseguimos abrir puertas infranqueables y llegar a
ti para decirte que no sufras, que algún día volveremos a estar a tu lado y que
no habrá guerra que no dejemos de librar por ti.
Como no podía
ser de otra manera hoy les hablo de la plaza de toros de Lorca. Dentro de unos
días la maestranza de la Región de Murcia, como en el mundo del toro se le
conoce, cumplirá años. Tantos como pulsaciones tengo al ver el estado en el que
se encuentra.
Y es que
después de cinco años, uno no se llega a explicar el porqué de su abandono,
cuando tiene todo el potencial para ser la joya de la corona de la comarca del
Guadalentín.
Un espacio
que debe volver a las manos de todos los lorquinos, tal y como nació en su día.
No se entendería que el Ayuntamiento de Lorca dejara pasar la oportunidad de
adquirir un espacio centenario repleto de historia y contenido, calificado con
el grado dos de patrimonio y que con su rehabilitación reportaría a Lorca el
lugar idóneo para volver a darle magnitud a la cultura y ocio, y por
consiguiente, al enriquecimiento de la ciudad.
En pleno
corazón de la ciudad del Sol, Sutullena llama a la cordura. A el entendimiento,
que en tiempo de pactos no es cuestión de partido, sino de honor, futuro,
economía e imagen de la ciudad del sol. Y en ese acuerdo, deben estar en
sintonía todos los partidos políticos que deben dejarse los complejos atrás
para apostar por su ciudad. Que mejor inversor que el propio pueblo, para que
lo que genere, se quede en el pueblo.
Pero no me
olvido de la propiedad, que está en una situación difícil. Después de cinco
años, en los que Sutullena ha ido deteriorándose ya no sólo con los efectos de
terremoto, sino por la dejadez y el paso del tiempo, está obligada a facilitar
su venta al ayuntamiento.
Sería una
lástima que se perdieran casi 500.000€ del plan director destinados al arreglo
de la plaza de toros de Lorca sólo porque el empecinamiento de ambas partes
sólo vea el bolsillo y no el futuro.
Quiero creer
que no y que pronto tanto propiedad como ayuntamiento se sienten y lleguen a un
acuerdo satisfactorio para Lorca, para su gente, para su vida y para el futuro.
Estos días he
tenido el honor de volver a pisar la plaza de Sutullena. Ustedes, si así lo
tienen a bien, podrán hacerlo el domingo 26 durante todo el día y el miércoles
29, día de su aniversario, por la tarde, en unas jornadas abiertas que
cuidadosamente y con las medidas de seguridad oportunas ha organizado el Club
Taurino de Lorca.
Me arme de valor
y desde el patio de cuadrillas mi mente se vistió de luces y me dirigí a paso a
paso al centro del ruedo. Y es mi respeto, el que me marcó que son 124 años,
124 pulsaciones, 124 latidos para luchar por un sitio donde mis recuerdos
todavía viven. Me convertí en un Vicente Fernández y sonó la ranchera. Esa que
debe meterse de una vez por todas en la corporación municipal de Lorca. “Y
volver, volver, volver…..a Sutullena otra vez”
Fran Pérez
@frantrapiotoros para Trapio Toros y El Muletazo.
¡Olé! Fran. Como se nota que desde que eras un crío has rozado, has querido y has amado nuestra plaza. Es por eso que te ha nacido esa prosa que has escrito, digna del mejor poeta enamorado. Que sepas que me has puesto los pelos de punta. ¡Olé! Fran. Que orgullo...
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