martes, 22 de noviembre de 2016

UNA HISTORIA DE AMOR POR EL TORO BRAVO

Un 13 de abril un toro dijo que no hay casualidad, que es el trabajo y la constancia lo que te lleva a ser mejor a ir por el camino correcto. Las caídas por el camino se superan levantándose, apretando los dientes y amando lo que haces. Si no hay amor, hay derrota y abandono.

Lo de Victorino Martín Andrés es una historia de amor por el toro bravo. Junto a sus hermanos recuperó una ganadería que iba directa al matadero. De las cenizas hizo que cupido saliera con las flecas y conquistara el corazón de todos los aficionados a los toros. De Escudero Calvo a Victorino Martín hay una historia de enriquecimiento de la fiesta de los toros.

Parecía casi imposible igualar a la mítica y legendaria ganadería de Miura. Pero Victorino consiguió hasta adelantarla y ponerse de capitán general de los ganaderos. Mandar. Que eso ya era extraño para un ganadero. Llevar lo que realmente quería. Y saber lo que llevaba. Un genio.

Parece que aquel toro, “Hospiciano” semental, que a punto estuvo de matarlo en su finca le trasmitió en cada cornada la sapiencia de la bravura. “Hospiciano” murió tres días más tarde. Dicen que el alma de ese toro todavía vive y que está dentro de un señor de Galapagar.

“Baratero” llegó en el 69 para gloria de Andrés Vázquez en la plaza de Las Ventas. Luego “Jaquetón” y “Mediaonza”, que se ganó el favor de la vuelta al ruedo en Bilbao, “Conducido” hasta llegar al sexteto más conocido de la historia de los toros. Seis tenores que coronaron al Paleto en Rey. Aquellos “Pobretón”, “Playero”, “Mosquetero”, “Director”, “Gastoso” y “Carcelero” que compusieron “la corrida del siglo” como así se denominó crearon afición en la plaza y por televisión. Tal fue la importancia de la corrida, que TVE que transmitió el festejo, tuvo que repetirla en varias ocasiones. La bravura se unió con las ganas de Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar que fueron la conjunción perfecta para que todo saliera rodado. A día de hoy esta corrida sigue haciendo afición y alienta los corazones de los aficionados cuando la desesperación y el descaste inunda la fiesta que más amamos.

Pero después llegó Velador, toro que Ortega Cano indultó ese mismo año en la corrida de la prensa a rebufo por la gran tarde del ganadero el 6 de junio.


La lista de toros destacados es larga. Victorino ha dado y sigue dando ahora triunfos y quebraderos de cabeza a los toreros. Pero el bache llegó. Y llegó por la ganadería salía desconocida. Ya no era el malo, muy malo ni el bueno, muy bueno. Y le hizo daño. Eso unido a una crisis por brucelosis en la ganadería nos hizo temer lo peor. No andaba la tauromaquia con buena salud como para permitirse perder uno de sus grandes baluartes. Pero cuando todo parecía perdido, llegó “Cobradiezmos” y nos hizo ver que la fiesta puede ser de otra manera. Que no nos vale el toro parado y con la legua fuera. Que la emoción, la fuerza, el miedo y el peligro deben ser parte fundamental de la fiesta si queremos conservarla.


Un toro con premio. El nacional de tauromaquia. Para que el amor siga durando y contagiándose a los demás.

¡Enhorabuena Victorino y Viva la bravura!

Fran Pérez @frantrapiotoros

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