jueves, 29 de diciembre de 2016

OTRO INVIERNO PERDIDO Y VAN.....

Eran muchas las señales que decían que aunque el Tribunal Constitucional fallara a favor de la vuelta de los toros a Cataluña el invierno taurino seria calmado y sin sobresaltos. Para que calentarse la cabeza para recuperar un terreno conquistado. Para que levantarse del sofá y pasar frio.

Ni te moviste antes, cuando la injusticia inundó el parlamento de Cataluña y el pobre de Serafín Marín lloró como una Magdalena ni te vas a mover ahora que la justicia te ha dado la razón, o se la ha dado a los que pelearon cuando tú estabas sentado. El asunto necesita de motivos personales y duro trabajo para que la razón se haga realidad pero tú sigues a lo tuyo. ¿Y al futuro?. Pues al futuro que le den.

Eran muchas las señales que decían que la llegada de Simón Casas a Madrid no haría que otros empresarios se pusieran las pilas como él y trataran de levantar plazas hundidas. Y luego la culpa es de la crisis. Simón, al menos, se puede decir que levantó de las cenizas de Serolo, Valencia, Alicante y Zaragoza. A lo mejor se ha currado más Madrid que otros, aunque todos sabemos que se arrodillará ante lo que las figuras le exijan. Y es que las exigencias son el principal problema de los empresarios hoy por hoy. ¿Qué me pedirá este ahora? En lugar de ¿Cómo llevo gente a la plaza? Barros que son lodos, o chapapote de ese que no hay cojones a quitar de la roca.

Eran muchas las señales que decían que en 2017 el aficionado seguirá pagando por ir a los toros un huevo y parte del otro. Si en la mayoría de espectáculos mereciera la pena dar un huevo pues no pasaría nada, pero es que dar un huevo por un espectáculo light, after, edulcorado, suave, sin gluten, cero, jamón de pavo, no merece la pena. Sales de la plaza con esa sensación de atraco que te hace no volver en algún tiempo. Si hay poca afición y la pones a dieta, se te va a quedar como el brazo de la Letizia. La afición demanda rock and roll, jabugo, callos a la madrileña, papas con huevos, quiere decirse, bravura. En el toro y el torero. Y en el empresario, también.

Eran muchas las señales que decían que este invierno sería otro invierno perdido. Pero lo peor de todo es que no se pierden los inviernos solos, también las primaveras, y los veranos, y los otoños.

Y luego sale esa frase del alma. Así nos va. Pero nunca es tarde. Nunca es tarde para que cuando uno trabaje, que los hay aunque no lo parezca, y tenga éxito, otros se suban al carro a última hora, cosa muy española por cierto, y se alimenten del triunfo cuando en realidad se han estado tocando lo que les cuelga. Entonces ahí, la hibernación acabó para ellos. Osos con intereses.

Fran Pérez @frantrapiotoros

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