A LA MEMORIA DE ANTONIO GONZÁLEZ BARNÉS |
Como cada
año, Don Antonio tomó el pan y les dio a sus discípulos diciendo, "tomad y
amad esta fiesta tanto como yo, y a la Región y sus toreros como a vosotros
mismos"
No era dudoso
de ello. Pese a sus problemas de salud, Antonio seguía al pie del cañón en la
información taurina. Su última creación, fue esa web a la que todos hemos
accedido cada día desde su existencia, para conocer por donde iban los
designios del toreo en Murcia. En esa Región que tanto amaba y por la que tanto
ha luchado, también fuera de lo taurino.
El Muletazo
daba ayer sus quintos premios taurinos. Unos premios que Antonio supo
convertirlos en imprescindibles, llevándolos hasta lo más alto con su entrega
en la Gala del Toreo de la Región de Murcia.
Irradiaba
ilusión su creador, expuso y argumentó. Todo iba a pedir de boca, pero la vida
va siempre por delante de la imaginación y justo cuando salía otro triunfo
fruto del trabajo y la constancia, el calvario le llegó.
Quien iba a
pensar que estábamos en su última cena, que le daríamos el último abrazo o que
fuéramos los afortunados de poder ver su última sonrisa, su última
satisfacción, su última sorna, su último aliento.
La noche de
otoño calurosa murciana se convirtió en primavera helada por viernes de
Dolores. Antonio era acogido en el seno de su Cristo, el de los toreros. Y
desde ahí arriba lo ayudará a expandir el gran poder de la tauromaquia, el del
toro y su fuerza, el del torero con verdad que se ponen delante, la magia de
ver a un aficionado sacar una entrada de toros, el clamor de la plaza, la
emoción en los tendidos, la pasión en la crónica y la necesaria acidez de la
crítica.
Gran poder
también para su familia, en especial para su mujer y sus hijas. Yo también he
tenido que ver como a la llamada del de arriba, nuestros pilares más firmes
caen en la tierra para hacerse eternos en el cielo. Y de esa eternidad nuestra
fuerza para seguir cada día adelante y el recuerdo que no caduca, que siempre está
ahí, perenne, en el corazón y la memoria. Si estas palabras le sirven de algo
me doy por satisfecho.
Antonio ha
dejado una nueva forma de hacer periodismo taurino. Una forma más personal, que
trae enorme satisfacciones y algún sin sabor, pero que deja huella. Una huella
de la que yo he tenido la oportunidad de seguir el rastro. González Barnés
ahora es religión.
Fran Pérez
@frantrapiotoros
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