Cuando la sed
aprieta, la mente te hace ver agua en el desierto de arena más infernal del
mundo. Un desierto era la torería mexicana. Aunque es justo reconocer que dentro
del escalafón azteca hay toreros de buen valor, el gusto, la gracia y ese
empaque que hace que el toreo sea lo más maravilloso del mundo brillaba por su
ausencia. Pero ayer no fue un espejismo, y muertos de sed de toreo, un azteca
lo bordó.
Fermín Rivera
pintó con su muleta acuarelas de naturales mecidos que su cintura acompañó
hasta desbordar la pasión del aficionado. Y eso sólo se consigue cuando el bien
se convierte en olé. Tuvo Fermín la virtud de aguantarles y sobar las
embestidas de dos ejemplares de El Vergel, que si bien no apuntaban a nada, la
muleta de Fermín los contagió para ser cómplices del toreo.
El mal uso de
la espada no le permitió salir a hombros. Pero Rivera se consagró ayer en la
México como el torero del temple y gusto que México necesita. Le llamaban
personalidad, esa que no se puede copiar, que es única e intransferible.
Dichosos los toreros que la tienen.
Fermín Rivera
se merece estar en otro cartel de más entidad de la temporada y sobre todo dar
el paso a España para terminar de confirmar que en México hay toreros hidrocálidos
pero también de los que valen un potosí.
Ojalá pronto
lo veamos en la plaza de toros monumental de las Ventas confirmando
alternativa. La oreja que cortó del cuarto pesaba como dos.
Al contrario
de las que cortó Sergio Flores al quinto. Dos orejas peso pluma que no pasaran
a la historia de nada. Uno ya no es capaz a recordar nada de la faena. Mérito
si, valor y empeño también, eso es
indudable. Pero gusto, cadencia, expresión. Nada. Marca blanca típica. El
toreo, como he dicho antes, es exclusivo. Ojalá estas orejas le sirvan, pero
han sido incapaces de callar la fuerza de la torería.
Con el
tercero bastante hizo Flores con pasaportarlo. Y es que el animal de El Vergel desarrolló
sentido y lo acentuó con la pésima lidia de unos banderilleros fuera de edad y
de forma que dieron un mitin y se pusieron ellos solos en graves apuros.
Este colectivo
mexicano no puede dar la imagen que está dando. Preparación y forma. Aquí España
gana de calle.
Confirmó
alternativa José Garrido sin mucha suerte. Bien es verdad que le correspondió
un lote a contra estilo y tan sólo pudo justificarse. Pese a todo dejó retazos
de gusto y las ganas de volver a verlo con ejemplares que regalen más
posibilidades. Se le notó la inexperiencia con el toro mexicano, pero eso es lo
más normal del mundo.
Lo peor de la
tarde la entrada. Ayer otra vez reinó ampliamente y con mayoría absoluta el
cemento. Esta plaza pasa por la peor época de su vida. Ni el toro, ni el
torero, ni los precios, ni las novedades……. Algo raro pasa cuando otras plazas mexicanas
si cuentas con el favor del público. La imagen de la plaza vacía hace más daño
que mil antitaurinos haciendo el ridículo con medio bote de pintura encima.
Ficha:
Plaza de
toros de México. (D.F) domingo 27 de
noviembre. 4ª de la temporada Grande.
Toros de El
Vergel, desiguales de presencia y juego. El mejor el 5º.
Fermín
Rivera: Ovación y Oreja
Sergio
Flores: Silencio y Dos Orejas
José Garrido:
Silencio y Silencio
Entrada: La
Nada
Fran Pérez
@frantrapiotoros
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