Hoy es un día para la enhorabuena. Y es que tras
cinco años presa de la dictadura política animalista, la plaza de toros de la Santa
María de Bogotá abre sus puertas. La plaza más seria de América, la más complicada
vuelve con Felipe Negret al frente. Para la apertura Julián López “El Juli”,
Luis Bolívar y Andrés Roca Rey se las verán con los toros de Ernesto Gutiérrez
hoy domingo, en lo que debe ser una gran fiesta para la tauromaquia.
Pero la alegría de la apertura de Bogotá se contrarresta
con la pena de ver como la Monumental de Barcelona sigue encarcelada de los
pequeños dictadores independentistas catalanes, a pesar de que el Tribunal
Constitucional llegará como superhéroe a liberarla. Pueda que la resolución
rompiera cadenas, pero para salir a la libertad habrá que pasar los muros que
se antojan infranqueables, de los que se vistieron de verdes cuando en realidad
querían decir no a España.
Porque seamos sinceros, los animales, a estos
individuos, les importan una mierda pinchada en un palo. Porque si les
importarán mirarían primero por el humano. Nadie se acuerda estos días en Cataluña
de los que pasan frio en la calle. Nadie. Sin embargo, ojo como vean a un gato
que no puede bajar de un árbol. Noticia del día.
No sólo la pena de Barcelona nos hace contener la
alegría de Bogotá. Vitoria también parece poner barreras a la cultura. Tanto
que va a dejar en este 2017 la feria de la Blanca sin corridas de toros.
Tanto en Barcelona, como en Vitoria, hay un
denominador común. Antes de los problemas, sus plazas no gozaban de salud y
eran caramelos para la mafia taurina, que las exprimió hasta llegar a la
situación que se encuentran.
Está claro, que donde hay salud taurina, ningún cabeza
rapada es capaz de imponer su ley. Véase Pamplona, donde su alcalde, con unas
ideas similares, se sube hasta el palco para presidir corridas y viaja hasta
ciudades cercanas, como Bayona en Francia, para ver festejos taurinos.
Pero también existen las plazas de ciudades donde
sus gobernantes se las dan de taurinos y son incapaces, por miedo, por
complejos, o Dios sabe qué; de recuperar plazas de toros.
Enhorabuena a los ciudadanos de Bogotá por recuperar
un espacio para la fiesta de los toros, pero también un lugar para la cultura y
una manera de favorecer el turismo y la hostelería de la ciudad.
Calma para los vitorianos y barceloneses, porque
ojalá más pronto que tarde la cordura llegue y se descubra todo lo que hay dentro
del independentismo y sus barreras.
Y Suerte para los demás, porque encontrar un político
sin complejos es harto difícil.
Mientras, vayamos a los toros, es nuestra mejor arma.
Fran Pérez @frantrapiotoros
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