Hay ahora un
programa, si se le puede llamar eso, en Antena 3, que trata de juntar a dos
engendros de la vida sin conocerse. Y antes de nada, los casa.
Sin quererlo
la FIT, se convirtió en un “Casados a primera vista” a tres. Bailleres, Cutiño
y Casas.
Al principio parecía
que la relación podía fluir, que había intención de las partes, pero muy pronto
se observó que habría problemas. Unos problemas convertidos en intereses
propios. Matrimonio de conveniencia que se dice. Hoy nos hemos enterado que
Simón Casas ha pedido el divorcio de la Fusión. Se va porque no le dejan ser el
gallo del corral. Porque ha descubierto que los chanchullos se hacen mejor sólo
que acompañado.
El francés
necesitaba cobijo en invierno. Se había quedado en la calle con 2 millones de
pagarés. Recordad aquella rueda de prensa de los empresarios taurinos diciendo
que estaban en quiebra. Tras dar pena y no conseguir nada en un principio,
Simón engatuso al mexicano Bailleres, que cayó rendido a sus pies. De la noche
a la mañana, Simón pasó de la quiebra a la felicidad plena. Normal, consiguió
que sus 2 millones de retoños en pagarés y su mascota Cutiño, estuvieran bajo
el imperio del multimillonario mejicano. Ahora, libre de ataduras, lo abandona. Lo de
Simón es de telenovela.
Ahora saltan
varias dudas:
-Las plazas que
puso Simón en la FIT ¿son de Simón o de la FIT?
-Los soldados
Nacho Lloret y Santiago López ¿son de Simón o de la FIT?
Esto da para
segunda temporada.
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