jueves, 21 de mayo de 2015

LA FAENA "LENGUADA" DE CASTELLA (Madrid, crónica de la 14ª de la feria de San Isidro, 21 mayo)

Chico, feo y sobrero. Y encima salió sin divisa. No eran los ingredientes perfectos para gustar en una plaza que se supone seria, aunque yo ya dudo, como es Madrid. Y si encima en varas flaqueó, pues era lo que faltaba para el duro. Pero el toro se acordó de El Bosque, de su casa ganadera forjada por Don Salvador, y ahora en las manos de su hija Dolores.
De la necesidad de esa casa de volver a llamar la atención tras el arrinconamiento injustificado al que las figuras la han llevado. Y en la muleta el toro rompió a embestir por los dos pitones, como un tejón por el derecho, humillado, largo y poniendo el triunfo en bandeja.

Un toro que tapó el petardo mayúsculo en presentación y juego de la corrida de Núñez del Cuvillo. Un petardo que debe servir para bloquear, igual que hace el ganadero, la ganadería de Madrid por varios años.

Dentro del petardo, el cuarto fue noble. Anovillado pero Noble. Después de quedar inédito con el inválido primero, que el presidente nos obligó a ver, Urdiales dejó sello con el cuarto. Su sello. Torero puro. Fue sobando al noble y sacando una primera tanda de derechazos buena que luego no se volvieron a repetir, porque las siguientes tandas salieron tropezadas. Fue una faena de pases sueltos. De carteles de toros. Trinchera gourmet, pases por bajo delicatesen y un natural de frente de quejio, sin importarle el metraje de la faena. Una faena sin rotundidad pero con sabor que se estropeó por el mal uso de la espada y el descabello. Una faena de vuelta al ruedo si lo mata a la primera, aunque le hubieran dado una oreja. Al final el torero se dio una vuelta al ruedo cuando debió saludar una ovación.

Talavante mostró las dos caras. Estuvo firme con el tercero. Un animal, manso y rajado, que llegó sin picar a la muleta y que aguantó una tanda y dos naturales del extremeño. Mató mal y se silenció su labor. El sexto, muy anovillado, desesperó al personal y al torero. Alejandro abrevió.

Tras hacerse el pesado con el blando segundo, Castella vio como el quinto se le lesionaba de salida. Y al francés le tocó la primitiva de la tarde y una de las pocas de la feria. Salió “Lenguadito” ese sobrero antes mencionado. Y la faena de Sebastián fue lenguada. Una parte blanca y otra negra. La blanca porque estuvo sensacional por la derecha dando tandas rotundas en sintonía con la gran embestida que ofrecía el toro de Lola Domecq. Por ese pitón, la faena cogió altos vuelos. Los vuelos más altos de la feria, sin duda. Por el izquierdo, el toro también la tomaba con franqueza, no con la misma intensidad que por el derecho, quizá por eso Castella sólo dio una tanda. Y ahora viene la parte negra. Porque cuando pensábamos que Sebastián lo iba a reventar al natural, el torero volvió a la derecha. Otra tanda rotunda pero por el pitón ya visto. La faena pedía rotundidad de izquierdas y no se vio. Los pases por bajo finales se unieron a la parte blanca. La estocaba baja, a la negra. La oreja fue el equilibrio de las dos partes. El toro se fue en medio de una gran ovación. Pero no nos volvamos locos, no era de vuelta al ruedo, que se la pidieron, para sorpresa de todos los que aún conservamos el espíritu de Madrid.

Ficha:
Plaza de Toros de Madrid, Las Ventas. Jueves 21 de Mayo. 14ª de San Isidro 2015.
Toros de Núñez del Cuvillo, mal presentados, flojos y deslucidos. Noble el 4º. Un sobrero de El Torero, 5º, feo y extraordinario en la muleta.
Diego Urdiales: Silencio y Vuelta al ruedo.
Sebastián Castella: Silencio y Oreja.
Alejandro Talavante: Silencio y Pitos de despedida.
Entrada: Lleno de “No hay billetes”

Y mañana: Toros de El Pilar para: Juan José Padilla, Manzanares y Perera.

Por Fran Pérez @frantrapiotoros

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