El mundo del toro se echa las manos a la cabeza cuando ve los resultados
de las recién celebradas elecciones municipales y autonómicas.
Yo voy a ir con cautela. Creo, y no me lo negareis, que en muchos sitios
hacía falta el cambio.
Se puede decir que el mismo partido mayoritario, hasta
hace unos días y su oposición estaban en el acomodo del cuándo tú vas, yo voy y
viceversa. Estaban habituados a estar en el poder y hacer las cosas a su forma,
y lamentablemente a su forma, en muchos casos, ha significado llevarse el
dinero del contribuyente a cuenta bancaria personal, enchufar a familia y
amigos en puestos sin oposición, contar billetes de 1000 en 1000, hacer
prejubilaciones fraudulentas y demás delitos que darían para un libro con
grosor.
Con tal panorama, es normal que el ciudadano vote a otras alternativas
que han denunciado las irregularidades y han basado su campaña en hablarle al
ciudadano de los verdaderos problemas por los que pasa la ciudadanía española y
no en mostrar sus fuertes y esconder sus debilidades.
El cambio político, ante la situación dada, era inevitable.
Pero una cosa es el aire fresco político, y otra, que un país pierda su
documento nacional de identidad.
Y en la pérdida de esa identidad, o no, veremos si el nuevo viento
político, procede de bosque natural o de profunda cloaca.
Y quieran o no, en el documento nacional de identidad de este país llamado
España, está la fiesta de los toros.
A lo mejor, en lugar de ahora echarse las manos a la cabeza, el inmóvil
sector debió haberse puesto a trabajar, unido, hace ya mucho tiempo para que
ahora, no haya miedos contra el cambio. En lugar de haberse mostrado afín a un
partido, el mundo del toro debió haberse desmarcado de cualquier corriente
política y haberse mostrado a todos como la cultura libre y centenaria de este
país. Porque ahí están las cifras y lo que deja a las arcas de estado. Sólo
hace falta trabajo y dialogo.
Y por cierto, para aire nuevo contrastado, el que está dejando en Madrid
toreros como López Simón y Morenito de Aranda. Pero en este caso, el hermético
sector, no les da oportunidades. Mientras que los mismos van dejando
vulgaridad, ranas, banderazos y hasta se caen de carteles por quedarse dando
palmas en el Rocío, otros llaman a la puerta de la renovación ¡Qué pena que el
aficionado no pueda votar para esto!
Por Fran Pérez @frantrapiotoros
No hay comentarios:
Publicar un comentario