viernes, 12 de junio de 2015

DE MERCADERES Y PASOTISMO

Ya en pequeñas dosis, los mercaderes disfrazados de políticos, merodearon el templo e hicieron compra venta, en sus alrededores, de derechos legales para el ciudadano.
Si miráis atrás, tenéis lo de Cataluña, aquel tripartito que se vistió de antitaurino, para borrar de esa comunidad los toros. A ellos los toros les importaban una mierda, y a la vista está. Lo que a ellos les importaba, era borrar del mapa algo que olía a España. Sorpresivamente, luego el presidente de ese tripartito iba a los toros a Baeza. En Barrera y a la vista de todos. Otros, caso de San Sebastián, vetaron los toros por animalismo. Y nunca mejor dicho. Un animalismo que les llevó a matar a personas por hablar en libertad. Y mientras se iba creando el mini mercadeo de libertades con mil ejemplos más, Galicia, Palma de Mallorca… Poco importaba el derecho de algo legal del ciudadano, lo que importaba eran los sobres de suculento dinero venido de Holanda, que un tal Anselmi traía debajo del brazo. No dudéis que por cada toros fuera, hay una mariscada posterior con el dinero del sobre del “iluminado” argentino.

Pero ahora ese mercadeo escondido, disfrazado ha salido a la luz. Los mercaderes vestidos de políticos ya han entrado en el templo. Y no se tapan. En esta esperpéntica situación de pactos a la que nos ha llevado las elecciones del pasado 24 de mayo, los mercaderes están sacando lo que no son capaces de vender, compra venta de intereses para llegar al poder. Por eso en Huesca, para que el PSOE gobierne, los mercaderes le han vendido la prohibición de la fiesta y el irreconocible partido se lo ha comprado. Este sólo es un ejemplo de los innumerables casos en comunidades y ayuntamientos, dónde la fiesta de los toros corre peligro, por el capricho de intereses (sobre Anselmi) que los partidos bisagra hacen firmar a los deseosos para llegar al poder. Ante este panorama, las mariscadas van a ser cuantiosas.

Lo que me sorprende, es que yo, un aficionado más, este escribiendo esto. Ya lo avisamos muchos cuando este mercadeo se producía en contadas ocasiones. El sector taurino dormitaba, pasaba del asunto y decía que la fiesta se defendía sola. El resultado del pasotismo, ya se vio en Cataluña y Donosti. Pero ni aun así, los que integran y son participes del tinglado taurino, no fueron capaces de unirse y crear un organismo contra el ataque a la fiesta de los toros. Ahora, ante la grave situación, el sector taurino sigue hibernando. Somos los aficionados los que luchamos con uñas y dientes por la fiesta, por algo que nos apasiona y no nos remunera. Duele que el sector no nos acompañe. Luego, con las penas, escucharan un ¡Os lo dijimos! Y no habrá vuelta atrás. Todavía queda un pequeño resuello para tratar de darle la vuelta a la situación. Yo me juego mi afición pero el sector se juega algo más que el trabajo.

Por Fran Pérez @frantrapiotoros

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