jueves, 22 de octubre de 2015

4 AÑOS SIN CHENEL

Cumbre alta, con nieve perpetua. Bruma ceniza de hoja seca. Tormenta ronca de sabio trueno. Con la movida, la gloria. La sustancia, la izquierda. Girar, la virtud. La obra, el natural. El perfume del toreo.

Con él, un toro blanco, uno de Garzón y hasta un Victoriano del Río, bajo la lluvia del cielo olivarero, la conjunción perfecta y el olé verdadero.

¡Fuera las morisquetas!, y del amarillo, ni me acuerdo. Tal fue su grandeza, que hasta hizo un color torero y de un “sabe torear” la bendición y esperanza para el compañero.

El negro se lo llevó, pero no el de los cuernos.  Su maestría se quedó y hoy os la recuerdo.

4 años sin Chenel.

@frantrapiotoros

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