miércoles, 21 de octubre de 2015

¡VENDEN SUTULLENA!

No se pensaban los patriarcas de la familia Montoya y Miñarro, que tanto esfuerzo hecho por recuperar la plaza de toros de Lorca, después de la guerra civil acabaría en nada, por la inoperancia de sus hijos a la hora de gestionar dificultades.

Casualidades de la vida, la historia les puso a los hijos la oportunidad de salir en ella, como así lo hicieron sus padres. Lo que pasa es que los hijos parecen no acordarse de lo que han comido de esta plaza, ni del sueño cumplido de sus padres por recuperarla.

El terremoto del 11 de mayo que dañó la plaza, requirió después a personas capaces, trabajadoras y humildes, que como años atrás en la guerra civil, consiguieran recuperar para el sufrido pueblo lorquino, una joya que nació para su disfrute. Pero en lo que los años cuarenta se encontró en dos familias, en el siglo XXI, ha desaparecido. SIGUE MIRANDO EL ARTICULO EN EL MULETAZO (Clic aquí)

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