jueves, 24 de marzo de 2016

COSAS DE TOREROS por Fran Pérez @frantrapiotoros

En sólo una tarde, se es capaz de desempolvar la magia que se llevó el olvido. En solo una tarde, de rosa y oro, el toreo volvió un Domingo de Ramos por Madrid.

En sólo una tarde, el cielo lloró por reencontrase otra vez con un torero. Olvidado por el sector y esperado por la afición. Porque la injusticia hace que otros toreen las ferias y los verdaderos soñadores de la estela de arte cincelada con paño rojo, esperen la oportunidad de esa vieja catedral, llamada Ventas. En dónde el Espíritu Santo, baja a veces para recordarnos lo bonito que es ser aficionado a los toros. SIGUE LEYENDO EL ARTÍCULO EN PUREZA Y EMOCIÓN (Click aquí para leer en artículo completo en purezayemocion.com)

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