viernes, 15 de abril de 2016

BEBER SIN SABOREAR (Sevilla, crónica de la 12ª de la feria de Abril, 14 de abril)

Cuvillo lidiaba ayer su primera corrida de la feria y la verdad es que la cosa le funcionó. Al menos dos toros fueron muy colaboradores, y otro también fue de lio, aunque con la fuerza muy justa.
Lo que fue justa fue de presentación. No se entiende que el día anterior, rechacen tres Victorinos que eran los padres de los lidiados ayer. Lo que si se entiende es la fuerza y presión de los que se anuncian con este tipo de Corridas. O Cuvillo o nada. Y la feria no está para tonterías, dirá el señor Valencia a los señores que se sientan en el palco.

Con la feria cara, porque la bravura lo puede todo, ayer volvió el chinchín de rebujito a la maestranza. Ese chinchín que descontrola a Castella, que con entendidos o sin ellos en los tendidos, es capaz de aburrir a las piedras. Sus dos actuaciones fueron sopor pleno. No dijo nada. Puede ahorrarse Sebastián el trago de venir a Sevilla. Nadie lo espera.

Al que si esperan en a Manzanares. Se notaba que ayer Sevilla estaba llena para ver al alicantino. Pero el público que llenó los tendidos, entendido o no, probó la Manzana que antes recrujía como aire fresco y sanaba y que ahora está más blanda, más vieja, más cómoda para masticar, más podrida.

Lo cierto es que a Manzanares le tocó un lote de Puerta del Príncipe y Manzanares sólo cortó una oreja de cada toro y gracias a la bendita comunión que sigue teniendo con el que se sienta en esta plaza. Todavía le queda un hilillo que le hace cortas estas orejas. Al segundo, tan bueno como flojo, nunca le bajo la mano porque si no aquello se desmoronaba. Una faena en la que se pasó el toro a distancia y le dio esa receta tan vista del pico. Ese engaño que se tapa con ese empaque y ese pasito cuando el toro ya ha pasado. Mató bien y le dieron una oreja, de esas que se compran en los chinos.

Peor fue con el quinto, que aunque más centrado y ajustado el torero, no tuvo la ambición de antaño para llegar a las dos orejas. Fue este toro melocotón el mejor del encierro de Álvaro Núñez, pero a la faena le faltó ese arreón que pone a todos de acuerdo. Fue tanta la calmachicha de la faena, que la banda paró de tocar el pasodoble, porque el diapasón del trasteo no estaba a la altura. Mató de entera caída y le pidieron las dos orejas como el que pide otra botella de fino cuando va ya contentillo por la feria. Deme usted otra. Beber sin saborear. Mala cosa. Menos mal que el palco puso cordura. 

José Garrido hizo el esfuerzo con el exigente tercero. Y Sevilla casi ni se enteró. Trabajó al toro hasta sacarle buenos pasajes al natural, exponiendo mucho. Quizá, es verdad, que trabajó pero luego no disfrutó del trabajo. Faltó ese puntito de más que hace despertar también al que venía solo a ver a Manzanares. Pese a todo dejó poso y se llevó un susto importante al entrar a matar. Saliendo con la taleguilla rota. Falló a espadas y fue ovacionado.

Mermado por la voltereta, física y mentalmente, hizo lo que pudo con el manso sexto, con el que se le vio muy a merced del toro. Aun así, la actitud y buen concepto marcado en su actuación al tercer toro merece otra oportunidad en la maestranza.

Ficha:
Real Maestranza de Sevilla. 12ª de la Feria de Abril. Casi lleno. Toros de Núñez del Cuvillo, muy desiguales y mal presentados en conjunto (algunos muy terciados), mansos, nobles, blandos y descastados. Destacó el 5º por su movilidad.
Sebastián Castella: silencio y silencio.
José María Manzanares: oreja y oreja.
José Garrido: ovación con saludos tras dos avisos y silencio tras aviso.
Entrada: Casi lleno.

Y esta tarde: Toros de Cuvillo para: Morante, El Juli y Roca Rey.

Por Fran Pérez @frantrapiotoros

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