viernes, 29 de abril de 2016

NO FRENEMOS AL FUTURO, NO DESTROCEMOS ILUSIONES

A veces las encorsetadas normas son capaces de destrozar los sueños más limpios. Suena raro que a un chaval que ha destacado en todas sus actuaciones en clases prácticas en las que ha sido anunciado, lo echen de forma fulminante de una escuela taurina.

Eso pasó esta semana en Murcia. Al joven Jorge Martínez, triunfador y figura destacada de los alumnos de la escuela taurina de la Región de Murcia le han privado de su sueño. La razón, no se sabe a ciencia cierta, pero si sabemos que ha sido por incumplir una norma de los estatutos del Club. ¿Y qué dice esa norma? Pues que hay que avisar a la escuela si se va a torear hasta de salón en su casa, siendo exagerado.

Al joven Jorge, se le presentó la oportunidad en una fiesta privada de demostrar que está llamado a engrandecer el toreo. Es lógico que esto pase. Son circunstancias ocasionales que para nada entorpecen las enseñanzas de la escuela taurina. Pero desde el privado, llegaron vientos populares a la Condomina, sede de la escuela, y Jorge tuvo que abandonar la institución.

No pongo en duda la norma de la escuela, pero a veces hay que entender las situaciones antes de tomar estas decisiones con un chaval de tan corta edad, que además y me consta cumplía el régimen interno como el mejor soldado.

Seguro que Jorge, por sus condiciones, encontrará cobijo en el seno de otra escuela, posiblemente con más oportunidades que la de Murcia le podía dar. Pero no cabe duda que es un cambio de vida drástico. Un cambio que supone apartarse de su familia por periodos más largos e incluso frenar la educación, que también debe contar para los que quieren ser futuros toreros.

No le pongamos palos en las ruedas al futuro desde el mismo sector taurino. Luego no valdrán lloros.

Fran Pérez @frantrapiotoros

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