Que malos son
los del siete. Chillan por todo. Llevan pañuelos verdes y revientan corridas.
Pitan cuando los toreros pegan pases a distancia a los toros. Forman la
escandalera cuando por chiqueros salen toros que parecen novillos descornados.
Dicen lo de ¡picador que malo eres!, cuando los del castoreño no dan una en el
morrillo.
Son malos que
se entregan con el toreo. Pero el de verdad. Malos que pagan. Malos que
calientan la piedra con el culo, cuando el frio de fuera de San Isidro se
adueña de la plaza. Malos que mantienen viva la afición en Madrid. Malos que
saben lo que ven. Malos que no son tan malos.
Que buenas
son las figuras del toreo. Que listas son. Van cómodos y sin compromiso, y los
toros bien presentados que los toreen otros. Para ellos el billete y el cheque
grande. Para los que torean, los gastos y para casa. Y a recoger por todas las
ferias. Y eso de ajustarse al toro, ¡no! que hiere.
Son tan
buenos estos toreros que hasta torean a los narradores y escritores de
corridas. Les tapan sus miserias con sobre y amenazas. Lo mismo, al presidente
de la corrida. ¡O esto o nada!
Compromiso
cero. Luego nos venden lo de defender la fiesta de los toros y de que hay que
acudir a las plazas. Para que se lo lleven fresquito con la ley del mínimo
esfuerzo. Y sin rechazan Jandillas, toreo Vellosinos. No vaya a ser que la del
Conde de la Maza no sepa torearla. Buenos que no son tan buenos.
Al Juli le
dieron hasta en el carnet de identidad. Tarde nefasta la del madrileño, que
hasta mostró su cara provincial con el cuarto. En sus placitas del todo hecho,
le hubiera cortado hasta la pata. En Madrid, esa plaza de malos que no son tan
malos, le exigen que dé un paso más. Y por los visto, a Julián ya no se le ve
con ganas de dar ese paso. Garcigrandes hasta en la sopa. ¡Qué pena!
La temporada está
siendo nefasta para Miguel Ángel Perera, al que aparte de tener el peor lote,
chico y mal presentado para Madrid, además de deslucido, se le ve sin alma ni
ganas. Esta desaparecido en combate. Y estar presente en este tipo de corridas,
no le ayuda. Se le ve fuera y desconcentrado. ¿Problemas personales? Puede ser.
López Simón
dejó buen sabor de boca con el tercero. Un toro noble y blando que le permitió dejar
pasajes de ajuste y valor meritorios pero sin la importancia de un rival que
diera miedo delante. Con el impresentable sobrero sexto de Domingo Hernández,
su labor no pasó de ser un pega pases. Mal empieza su San Isidro.
Ficha:
Madrid. Plaza
de toros de Las Ventas. 20ª de la Feria de San Isidro.
Toros de
Vellosino, desiguales de presentación con algunos impresentables, mansos,
nobles, flojos y descastados; y uno (6º bis) de Domingo Hernández, grande pero terciado,
que tuvo movilidad pero poca clase.
El Juli:
silencio y ovación con saludos y protestas.
Miguel Ángel
Perera: silencio y silencio.
López Simón:
palmas y silencio.
Entrada:
Lleno.
Y mañana:
Toros de Parladé para: Padilla, Fandiño y Garrido.
Por Fran
Pérez @frantrapiotoros
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