Aquel 20 de
mayo de 2014, en la enfermería de la plaza de toros de las Ventas se produjo
una encrucijada. El toro “Deslío” de El Ventorrillo convirtió los arrestos de
irse a porta gayola en la decisión más dura de la vida. Ese me voy o me quedo
que uno no elige y que en muchas ocasiones está en manos de otros.
En la camilla
de la enfermería, a los ojos de David se asomó un hombre calvo y retazos de
pelo canoso. Soy San Pedro, pero no te abro las puertas, le dijo.
Cuidadosamente le curó la herida y David se agarró a la vida. Y ahora salga de
aquí y siga soñando, soltó San Pedro. Este viaje tan duro, Dios se lo pagará
con “Malagueño”.
Y David
siguió soñando a través del esfuerzo. Y en cada pedalada, en cada carrera y en
cada remojón en la piscina, David pensaba en el día prometido.
Dos años y
cuatro días después, David volvía al escenario donde su corazón fue retado en
un cruce de caminos.
La ovación
después del paseíllo hacía pensar en que el día prometido estaba más cerca.
Pero salió la tablilla del segundo de la tarde y cuál fue su sorpresa, que un
ángel del cielo puso las letras de “Malagueño” y salió un toro negro, con un
lazo de Dios por divisa celeste y negra.
En una
competencia en quites ajustados por la espalda, entre Roca Rey y David, sonaron
las cornetas celestiales.
En ese
momento, David supo que estaba viviendo el día prometido. Y brindó a San Pedro,
que en Madrid es Don Máximo García Padrós, cirujano cuyas manos cuidan los ángeles
taurinos; agradeciendo así que no le abriera la puerta aquel día de no hace
mucho tiempo.
El diablo se
guardó su última carta en el primer cite. David fue prendido espectacularmente
por el toro. Un momento angustioso que se convirtió en emoción plena, dura y lágrimas
de cocodrilo en la laguna más taurina cuando David se recuperó del trance y cuajó
las extraordinarias embestidas del toro. Tandas ligadas de emoción por la
derecha con pases de pecho de pitón a rabo y pases por bajo de buena factura.
Por el izquierdo, el toro pedía también salves. Y David le rezó dos tandas de
naturales de mano baja que subieron aún más la emoción. Con la plaza rota por
la intensidad del monumento, David recetó una soberana estocada que tiró al
toro patas arriba. El regalo de Dios estaba en su mano. La petición unánime. Y
la gloria en sus manos. Dos orejas a ley. ¿Y para “Malagueño”? La vuelta al
ruedo como no podía ser de otra manera. Podéis estar seguros, que dentro de ese
toro estaba Dios agradecido. “Gracias por creer en mí. Mi magia, tu ilusión”
De vuelta a
lo terrenal, con el quinto David se mostró en el tono de toda su temporada. No
todos los toros son regalos de Dios. Y el quinto puso más dificultades. Y ante
las dificultades, David se muestra más precavido y enseñando más las secuelas de
la tarde que se ganó el regalo.
Diego Urdiales
anda irreconocible. Poco pudo hacer con un cuarto toro mansísimo y que debió
ser condenado a banderillas negras. Pero antes de eso, se dejó muchas
posibilidades de triunfo con el primero de la tarde. Un animal que ofreció
buena embestidas y que el riojano no supo aprovechar. El conjunto resultó insuficiente
y el toro se adueñó de la batalla. Y es que parece que a Urdiales tener la
temporada hecha en enero no le sienta bien. A su toreo le hace falta más día a
día para lucir. Así, es cuando Diego daba lo mejor de sí.
El valor de Roca
Rey es indiscutible. Pero el valor no le exime para decirle que con el tercero
estuvo en plan pegapases sin poner alma a la ejecución de ellos. Estuvo
amontonado y dejó mucho que desear en el tema de la colocación a la hora de
ejecutar los muletazos. Con la espada no se le puede poner un pero. Es un cañón.
El día que encuentre la sal para aderezar los pases con el valor, Roca pasará de
Príncipe a Rey.
Con el
lesionado sexto, que debió ser devuelto a los corrales, dio otra muestra de
valor y espada.
Atardecida
Madrid, la puerta Grande, fue un ejemplo para cristianos y ateos. Porque hoy no
hablamos de religión. Hablamos del poder de la lucha.
Ficha:
Plaza de
Toros de Madrid. Las Ventas. Martes 24 de Mayo. 18ª de la feria de san Isidro.
Toros de
Alcurrucén, bien presentados y variados de juego. Extraordinario el 2º, de
nombre “Malagueño” premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Bueno el 1º.
Los demás deslucidos.
Diego
Urdiales: Silencio y Silencio
David Mora: Dos
Orejas y Silencio (Puerta Grande)
Roca Rey:
Ovación y Silencio
Entrada:
Lleno
Extraordinario
toda la tarde con capote y banderillas Ángel Otero de la cuadrilla de David
Mora.
Y mañana:
Toros de (No se sabe quién, porque los de Jandilla tienen problemas en los
reconocimientos) para: El Juli, Miguel Ángel Perera y López Simón.
Por Fran
Pérez @frantrapiotoros
Cada día escribes mejor.
ResponderEliminarCada día escribes mejor.
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