Los ecos de
Jerez nos cuentan haber visto a figuras del toreo y algún que otro proclamado Mesías,
sin la venia de los grandes templos pagada últimamente, torear toros que parecían
novillos en una plaza de segunda.
El eco dice
que la fuerza de José Tomás es indudable. Que ha sido capaz de llenar dos veces
la plaza y una de ellas sin torear. Que toreando sigue siendo particularmente
bueno pero que con esa tan poca importancia del ganado con el que efectúa esas tremendas
faenas hace que su grandeza se vea mermada. Además ese límite a la grandeza lo
pone el poco compromiso del toreo en plazas de más importancia. ¿La faena? Pues
un faenón. Pero en Jerez, con el rigor del palco de Jerez.
El palco de
Jerez no se caracteriza para nada en el rigor. Esta feria ha parecido una
subasta de orejas sin motivo y una envidia Sevillana. Digo envidia, porque si
en Sevilla se indulta un toro, el mejor de hace años, el toro ejemplo para el
indulto, Jerez no podía ser menos y tenía que tener indulto también. Aunque
este toro sea ejemplo de lo que no se debe indultar y produzca el hazmerreír y
la preocupación por los derroteros triunfalistas que toma la fiesta del
aficionado de verdad.
Manzanares, a
pesar de las orejas, sigue evidenciando un bajón tremendo en su carrera. Si el
ajuste nunca fue su fuerte, este año, ya es que no se produzca esa comparación
del autobús, es que ya coge hasta un portaviones del ejército. Mucha estética pero
cero pureza y mucho ventajismo.
Juan José
Padilla sigue siendo el rey de las ganas. Hay que decirlo a su favor porque a
la contra gana el destoreo y la ya más que clara perdida de condición física.
Por eso lo cogió el toro en banderillas. Y yo, particularmente no quiero que
Juan José me dé más disgustos. Lo quiero disfrutando de su familia.
Talavante
puede liarla en San Isidro si el genio torea más que ingenia. Y a López Simón
las ganas le deben abrir el camino para empezar a torear, porque en Madrid lo
puede pasar mal, este año lo van a medir bastante y torear es fundamental.
Morante gastó
el tarro en Sevilla. Y hasta que vuelva a comprar uno habrá que esperar. No en
Madrid, que la pendiente hace caro el perfume.
De Jerez también
me llega un lamentable suceso con las mulillas el día de la corrida de rejones.
Tal fue el petardo del tiro que tuvieron que sacar un tractor para arrastrar a
los toros, dejando una imagen dantesca y antiestética para la fiesta. Menos mal
que en las corridas de toros solucionaron el asunto.
Fran Pérez
@frantrapiotoros
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