No sólo
Posada de Maravillas confirmó la alternativa. En la tarde de la décima de abono
de la feria de San Isidro se confirmó el dicho de que las corridas de más
expectación son las de decepción más absoluta. Que cuando llegan las figuras el
toro baja de presencia. También tuvimos la certeza, de que anunciarse con la corrida
triunfadora del pasado año, es aventurarse al fracaso. Siempre sale mala.
La de Juan
Pedro Domecq, no es que fuera mala, fue pésima. Una corrida desigualmente
presentada con al menos tres toros impropios de la primera plaza de toros del
mundo. Dentro de la mala presentación, el juego tampoco ayudó. Toros justos de
fuerzas y muy descastados que llevaron la tarde por los derroteros del petardo
sin paliativos, a pesar de las ganas de agradar de los actuantes.
Posada de
Maravillas tuvo delante, para la confirmación, a lo mejorcito de Juan Pedro. Un
animal que se quedó prácticamente sin picar y que con el que tan sólo logró
lucir en dos capotazos a pies juntos en el saludo capotero. En la muleta, el
toro le ofreció varias embestidas para aprovechar. Posada, quiso ejecutar el
trasteo demasiado cerrado en tablas cuando el animal hubiera dado más de sí en
los medios. No hubo comunión ni confianza y la indiferencia ganó.
Con el sexto
bis del Conde de Mayalde, Posada certificó que su confirmación ha sido bastante
precipitada. Tiene buenas maneras, pero que no se puede ir a confirmar a Madrid
habiendo toreado sólo la corrida de la alternativa. Hacer eso, es ir a buscar
que suene la flauta cuando se tienen todas la papeletas para caer al pozo. Este
toro, se lo cargó la cuadrilla en una lidia esperpéntica que llegó a parecerse
a una capea de despedida de soltero.
Alejandro
Talavante quiso toda la tarde pero se encontró a dos toros sin la transmisión e
importancia que debe tener una figura de su calibre delante. Inició bien el
trasteo con el segundo hasta que el toro en la primera tanda se le paró y quedó
inédito ante la flojedad y descaste del cuarto. No hay magia sin toro. Queda
confirmado.
El tercero,
justo de presencia, llegó a la muleta con algo de movilidad por el pitón
derecho. Roca Rey aprovechó esa virtud del toro y dejó lo mejor de lo que va de
sus dos actuaciones en San Isidro. Hoy toreó, dejando derechazos destacables
que Madrid jaleó. Muy medido por el sector duro, que le censuró los pases por
la espalda, dejó buenas sensaciones otra vez. La espada no le funcionó.
Recibió a
tres toros en su segunda actuación. El quinto de Juan Pedro se fue a los
corrales por el cansancio del personal ante tanto descaste y flojedad vivida en
la tarde. Una devolución rara que vino después de una voltereta a Roca Rey en
un ajustado quite. El toro se cayó y no hubo piedad. El recibimiento al quinto
bis, también de Juan Pedro, fue toda una declaración. Fue la confirmación de
que no viene a la fiesta a verlas pasar. Se echó el capote a la espada y
ejecutó gaoneras de mérito rematadas con una larga cambiada de rodillas que
pusieron al público en pie. Luego el toro, podrido, se fue a los suelos y se
ganó el pañuelo verde.
El quinto
tris de José Luis Marca, muy deslucido, no dio opción ni para el arrimón.
Ficha:
Plaza de Toros
de Madrid, Las Ventas. Domingo 15 de Mayo. 10ª Feria de San Isidro.
Toros de Juan
Pedro Domecq, de desigual presencia, flojos y deslucidos. Un sobrero, 5º
(tris), sustituto de otro de la misma ganadería devuelto por flojo, de José
Luis Marca, deslucido. Otro sobrero (6º bis) de Conde de Mayalde, mal lidiado y
a menos.
Alejandro
Talavante: Silencio y Silencio
Andrés Roca
Rey: Palmas y Silencio
Posada de
Maravillas, que confirmaba alternativa: Silencio y Silencio
Entrada: Lleno
de “No hay billetes”
Y mañana:
Novillos de El Montecillo para: Filiberto, Juan de Castilla y Luis David Adame.
Por Fran
Pérez @frantrapiotoros
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