lunes, 13 de junio de 2016

EL JARDÍN PROHIBIDO

Y soñar desde pequeño como meterse en ese jardín prohibido. Mirar al cielo y sentir la gloria. Tratar de sortear las zarzas y anclar las zapatillas. Y oler las rosas por naturales y que el viento puro ruja con oles sentidos en tus oídos.

Y que llegue el día que la puerta se abra y que los nervios sean los protagonistas. El sueño mitiga el miedo de la realidad. El aroma de la rosas se siente lejos y el viento se transforma en murmullo. Se avanza por el jardín de arena y solo la fe te acerca al sueño.

Eres de fe y por el camino vives profundo la grandeza de ese sueño de pequeño. Y te crees vencedor y con la rosa en la mano, creyéndotela ya cortada, no te acuerdas de las espinas. Y llega la cornada.

No te pinchaste en vano querido amigo. Creíste en el toreo. Y el toreo pidió tu sangre para engrandecerse. Para hacerte más torero. De tu pierna sacó el jugo Rafa Serna. Así se riega el jardín prohibido.

Fran Pérez @frantrapiotoros

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